Editorial:

Está en España

La reproductora Es-Lu-21492C, de cinco años, murió el 25 de octubre pasado en una granja de Carballedo (Lugo) afectada de encefalopatía espongiforme bovina, o mal de las vacas locas. Se trata del primer caso demostrado en España de esta enfermedad, que apareció en el Reino Unido a principios de la década de los ochenta y que ahora se extiende por 11 países de Europa. Un segundo caso ha sido detectado en Coristanco (A Coruña), pero los análisis no son concluyentes. En el Reino Unido, primero, y en Francia, después, la enfermedad ha atravesado la barrera de las especi...

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La reproductora Es-Lu-21492C, de cinco años, murió el 25 de octubre pasado en una granja de Carballedo (Lugo) afectada de encefalopatía espongiforme bovina, o mal de las vacas locas. Se trata del primer caso demostrado en España de esta enfermedad, que apareció en el Reino Unido a principios de la década de los ochenta y que ahora se extiende por 11 países de Europa. Un segundo caso ha sido detectado en Coristanco (A Coruña), pero los análisis no son concluyentes. En el Reino Unido, primero, y en Francia, después, la enfermedad ha atravesado la barrera de las especies: más de 80 consumidores británicos y dos franceses han fallecido al ser contagiados por el prion de origen bovino. La enfermedad no ha sido detectada en ningún ciudadano español.Una hipótesis probable es que la vaca muerta fuera infectada por la ingestión de pienso contaminado, aunque este extremo no ha sido confirmado. De ser así, se habría violado la normativa vigente que prohíbe desde 1994 la alimentación del ganado vacuno con piensos compuestos con harinas de origen animal. Si la causa de la enfermedad estuviera en un pienso de origen animal, el ganadero o el suministrador del alimento habrían incurrido en una irregularidad y la Administración no debería dejarla pasar sin sanción.

El ministro de Agricultura, Arias Cañete, ha gestionado esta vez el problema con solvencia. Horas después de la confirmación del caso de encefalopatía espongiforme por parte del laboratorio británico de referencia de Weybridge, el ministro informó del tema, cumpliendo el principio de que la mejor manera de afrontar una crisis es actuar con transparencia. Sobre todo, teniendo en cuenta el nefasto precedente de los gobiernos conservadores británicos en la gestión de la epidemia de las vacas locas en su país.

La nueva situación debe llevar al máximo rigor en los controles veterinarios y sanitarios, precisamente para evitar que el alarmismo cunda entre los consumidores. La primera medida adoptada ha sido someter a la prueba de detección de la enfermedad a todas las vacas que sean sacrificadas en Galicia, unas 16.000 en los próximos meses. El propósito es extender dicha prueba a todas las reses adultas que entren en los mataderos españoles, es decir, unas 350.000 cabezas de ganado por año. Arias Cañete ha anunciado también su intención de prohibir la comercialización de piensos que contengan harinas procedentes de restos de rumiantes, vetadas desde 1994 en la alimentación de vacas y ovejas, pero no en la de cerdos, aves de corral y peces de factoría. Y para dar cuenta de la situación ha pedido comparecer en el Congreso el próximo jueves.

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La batería de medidas para atajar el problema y tranquilizar a la opinión pública es, inicialmente, adecuada y en línea con las adoptadas por la UE. Lo que procede ahora es que se pongan realmente en práctica. Esta afirmación es procedente porque la normativa no se ha aplicado siempre con la diligencia debida. Un informe comunitario elaborado tras la inspección efectuada por cuatro técnicos entre el 10 y el 14 de abril en Galicia y Cantabria detecta incumplimientos en la aplicación de los reglamentos comunitarios precisamente en materia de controles de la encefalopatía espongiforme bovina.

En este episodio de la llegada a España del mal de las vacas locas la nota discordante la ha puesto la ministra de Sanidad y Consumo. Ha vuelto a anunciar la creación de una agencia de seguridad alimentaria que debería ser realidad desde hace tiempo. "Hay que poner un poco de orden en el consumo y la salud", ha añadido, como si fuera responsabilidad de otros, y no de su propio departamento. Para cerrar el círculo ha afirmado que en España sigue habiendo mataderos clandestinos, por lo que recomienda consumir "carnes con garantías". ¿A qué espera la ministra para presentar las denuncias pertinentes a fin de que tales mataderos sean cerrados de inmediato?

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