LAS CLAVES DE LA SEMANA

Ejecución de sentencia

Uno comprende que el abogado Juan Marco Molines quiera inscribir su nombre en el libro de la historia, siquiera sea en el cuadernillo de la historia local. Para ello no ha de hacer otra cosa que insistir en la ejecución de la sentencia que propicia la reversión del teatro romano de Sagunto al estado que tenía antes de que los arquitectos Grassi y Portaceli lo reconstruyesen. Sin embargo, esta humanísima aspiración no debiera hacer perder la chaveta a las autoridades responsables, en último término, de lo que sería una atrocidad. El consejero de Cultura, Manuel Tarancón, debería airear de una v...

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Uno comprende que el abogado Juan Marco Molines quiera inscribir su nombre en el libro de la historia, siquiera sea en el cuadernillo de la historia local. Para ello no ha de hacer otra cosa que insistir en la ejecución de la sentencia que propicia la reversión del teatro romano de Sagunto al estado que tenía antes de que los arquitectos Grassi y Portaceli lo reconstruyesen. Sin embargo, esta humanísima aspiración no debiera hacer perder la chaveta a las autoridades responsables, en último término, de lo que sería una atrocidad. El consejero de Cultura, Manuel Tarancón, debería airear de una vez por todas su criterio y no alentar, con su ambigüedad, el insensato propósito de recuperar la vieja postal de las ruinas. Debería pulsar las opiniones que bullen en su propio partido, el PP, muchas de las cuales se inclinan por dejar las cosas como están. Otra cosa es que, consciente de su declive político personal, aspire a labrarse una mención histórica, que figuraría en el capítulo de "escombros y piquetas notables".

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