Más primitivos cuanto más al norte, menos cuanto más al sur

La distribución actual de cromosomas viejos y nuevos no es homogénea en Europa. Los modernos inventores de la agricultura se propagaron desde Oriente Próximo hacia el oeste por el litoral mediterráneo, y sólo después migraron, más tímidamente, hacia el norte. Por eso la genética revela ahora un doble gradiente norte-sur: los antiguos cromosomas paleolíticos son más abundantes cuanto más al norte de Europa, y los modernos genes neolíticos son más frecuentes cuanto más al sur.Curiosamente, este doble gradiente se da sólo en los hombres. Las mujeres presentan una distribución homogénea entre el n...

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La distribución actual de cromosomas viejos y nuevos no es homogénea en Europa. Los modernos inventores de la agricultura se propagaron desde Oriente Próximo hacia el oeste por el litoral mediterráneo, y sólo después migraron, más tímidamente, hacia el norte. Por eso la genética revela ahora un doble gradiente norte-sur: los antiguos cromosomas paleolíticos son más abundantes cuanto más al norte de Europa, y los modernos genes neolíticos son más frecuentes cuanto más al sur.Curiosamente, este doble gradiente se da sólo en los hombres. Las mujeres presentan una distribución homogénea entre el norte y el sur. Luca Cavalli-Sforza, director del Departamento de Genética de la Universidad de Stanford y uno de los mejores genetistas de poblaciones del mundo, interpreta que las mujeres han tendido históricamente (y prehistóricamente) a desplazarse al lugar de origen de su marido. Si un civilizado meridional se emparejaba con una cazadora norteña, ella se mudaba al sur. Si un cazador norteño se unía a una civilizada meridional, ella se desplazaba al norte.

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Por otro lado, Semino explica: "Los vascos y los sardos comparten básicamente los mismos componentes cromosómicos que los demás europeos. Su posición peculiar respecto a la frecuencia [los vascos tienen, en promedio, un mayor porcentaje de cromosomas paleolíticos que la media europea] es probablemente una consecuencia del aislamiento". Es decir, que los vascos se han mezclado menos que la media con los extraños. España, y el País Vasco en particular, fue uno de los refugios europeos durante la última glaciación (hasta hace 16.000 años).

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