El Gobierno recupera un temario similar al de hace 30 años en su reforma de la historia

El Gobierno ha decidido establecer un extenso y detallado temario para la nueva asignatura de Historia de España, que deberán impartir en 2º de bachillerato todas las comunidades autónomas y que es similar en extensión y enfoque cronológico al que establecía para 3º de BUP la ley de 1970. Así lo recoge la reforma de los contenidos mínimos educativos (los que marca el Gobierno para toda España) de la ESO y el bachillerato, a cuya última versión ha tenido acceso EL PAÍS. Los cambios implican también la distribución de las asignaturas por cursos y no por etapas (ESO y bachillerato) y la eliminaci...

El Gobierno ha decidido establecer un extenso y detallado temario para la nueva asignatura de Historia de España, que deberán impartir en 2º de bachillerato todas las comunidades autónomas y que es similar en extensión y enfoque cronológico al que establecía para 3º de BUP la ley de 1970. Así lo recoge la reforma de los contenidos mínimos educativos (los que marca el Gobierno para toda España) de la ESO y el bachillerato, a cuya última versión ha tenido acceso EL PAÍS. Los cambios implican también la distribución de las asignaturas por cursos y no por etapas (ESO y bachillerato) y la eliminación de la educación en valores de estos contenidos, tales como "la tolerancia ante la diversidad de opiniones" y la "valoración de la variedad lingüística de España".

Con el sistema educativo en vigor, el temario de historia, que las comunidades pueden ubicar a su elección en 1º o 2º de bachillerato (16 a 18 años), analiza la historia de España en los siglos XIX y XX. Los actuales temarios justifican esta limitación temporal en el intento de "que el estudio se haga con cierta profundidad". Además, a lo largo de la ESO (12 a 16 años) ya se estudia desde la prehistoria al mundo actual con un enfoque basado básicamente en España.Con la reforma prevista por Educación, siempre según el citado borrador, se potencia una visión más amplia y detallada de la historia de España, que arranca en la Hispania romana y cuyo desarrollo tiene un enfoque netamente cronológico. Esta concepcción supone una vuelta a los criterios anteriores a la LOGSE, como demuestra incluso el que la asignatura se denomine Historia de España (actualmente es Historia a secas). Esta versión de la reforma es la que el Gobierno mostró a los partidos en las negociaciones de la pasada semana, pero se negó a entregársela, actitud que fue calificada de "secretismo" por los nacionalistas.

Hace 30 años se estableció, con José Luis Villar Palasí como ministro de Educación, un temario para la Historia de España (que se impartía en 3º de BUP, cuyo equivalente actual 1º de bachillerato) fuertemente cronológico y muy detallado. La enseñanza comenzaba en "las raíces de España en el Mediterráneo prerromano" y, tras atravesar la España de los Reyes Católicos y la descomposición del Antiguo Régimen, concluía con "la guerra de España" y "los problemas políticos, sociales y económicos de Hispanoamérica durante el siglo XX". Ese currículo, que se mantuvo hasta la entrada en vigor de la LOGSE en 1990, con Javier Solana como titular de Educación, representaba entonces la totalidad del curso, ya que no había comunidades que fijaran una parte de esos contenidos.

El temario que quiere establecer la ministra de Educación, Pilar del Castillo, de Historia de España para 2º de bachillerato también es muy detallado. Comienza en las raíces de España y la hispania romana y finaliza en la España democrática. Es algo más largo que el de hace 30 años al incluir otros dos temas contemporáneos: la España durante el franquismo y la España democrática. Frente a los de 1970, los nuevos contenidos sólo deben suponer el 55% del contenido total de la materia en las comunidades con lengua propia y el 65%, en las que no la tienen. El resto les corresponde elaborarlos a los gobiernos autonómicos.

La amplitud de la Historia de España es vista con preocupación por fuentes nacionalistas. Éstas opinan que la reforma, si no hay cambios de última hora, puede rozar competencias de las comunidades, porque podría exceder en extensión al porcentaje del temario que le corresponde fijar al Gobierno.