La programación rinde homenaje a grandes autores con la mejor esencia del género dramático

Sólo lanzando unos cuantos nombres que forman parte de la programación teatral del XVII Festival de Otoño es suficiente para entender que en este territorio se ha buscado la quintaesencia del arte dramático. Ute Lemper, Hanna Schygulla, Jean-Louis Trintignant, Robert Lepage, Georges Lavaudant, el Odin Teatret o españoles como Lluís Pasqual, Mario Gas o Carles Alfaro. Pero el gran hallazgo está en el abanico de posibilidades que se ofrece en esta disciplina, pudiendo acudir a ver desde cabaré berlinés hasta espectáculos marcados por lenguajes vanguardistas o por tecnologías punta.

"Rendi...

Sólo lanzando unos cuantos nombres que forman parte de la programación teatral del XVII Festival de Otoño es suficiente para entender que en este territorio se ha buscado la quintaesencia del arte dramático. Ute Lemper, Hanna Schygulla, Jean-Louis Trintignant, Robert Lepage, Georges Lavaudant, el Odin Teatret o españoles como Lluís Pasqual, Mario Gas o Carles Alfaro. Pero el gran hallazgo está en el abanico de posibilidades que se ofrece en esta disciplina, pudiendo acudir a ver desde cabaré berlinés hasta espectáculos marcados por lenguajes vanguardistas o por tecnologías punta.

"Rendiremos homenaje a grandes autores y creadores del pasado, sin olvidar la creación contemporánea. El espectro es amplio y refleja nuestras propias circunstancias, así como los avatares del desarrollo de la sociedad contemporánea, con sus contradicciones", dice acerca de la programación de la presente edición del festival su director, Ariel Goldenberg.Dentro de la división que la organización del Festival de Otoño hace de los espectáculos está la del teatro musical. En esta disciplina no sólo se encuentran aquellos montajes que por lógica deben agruparse bajo ese epígrafe, sino también otros en los que la música tiene un papel fundamental en el desarrollo del espectáculo.

Es el caso del montaje con el que se inaugurará el festival en Madrid capital, el lunes que viene, en el teatro Albéniz, con el recital de Ute Lemper De Weimar a París, en el que la prestigiada actriz y cantante alemana se adentrará en varios idiomas en la música de los cabarés berlineses de los años veinte (Kurt Weill, Friedrich Holländer o Hans Eisler) y otras de las que es perdida admiradora, como Jacques Prévert, Edith Piaf o la comedia americana de John Kander y Fred Ebb.

Con una base similar encontramos el espectáculo de otra figura de prestigio, la alemana de origen polaco Hanna Schygulla, que canta en español y alemán temas de Bertolt Brecht con música de Weill y Hans Eisler, arropada por un vestido negro y un pianista, en el intimista teatro de La Abadía.

También se considera que tienen protagonismo compartido la música y el texto realista y onírico con el espectáculo que acudirá también a La Abadía, El vals de los adioses, de Louis Aragon, uno de los fundadores del surrealismo. Como intérprete, acompañado por el acordeonista Daniel Mille, uno de los hombres de la escena más conocidos en el mundo, Jean-Louis Trintignant, que sin lugar a dudas removerá las conciencias con este texto con el que Aragon repasa su vida y sus fracasos.

El mítico Odin Teatret, de Dinamarca, con Eugenio Barba al frente, acude con Mythos, espectáculo sobre el valor y la muerte del mito basado en poemas de Henrik Nordbrandt. Jérôme Deschamps y Macha Makeieff acuden con músicos y actores y el montaje Los pensionistas al Teatro de Madrid.

El ecuatoriano Arístides Vargas y su grupo Malayerba, en la sala Cuarta Pared; el teatro ritual de llantos y éxtasis del grupo magrebí Fraja, en el Círculo de Bellas Artes, son otras ofertas.

Georges Lavaudant, uno de los hombres de moda de la escena europea, acude con sus soportes audiovisuales en Fanfarrias, una producción del teatro Odéon-Théâtre de l'Europe, que se verá en La Abadía.

El siempre rompedor y exquisito Robert Lepage viene con su compañía canadiense y su imaginario viaje a nuestro satélite al teatro Albéniz, en La cara oculta de la Luna, donde vuelve a ofrecer sus estéticas inimaginables de un perfeccionismo técnico inusitado en teatro, esta vez en solitario.

Pero los figurones del festival no sólo han sido importados y se podrán ver los últimos trabajos de nuestros divos, como Mario Gas, Lluís Pasqual, Carles Alfaro y su Moma Teatro

Gas acude al Albéniz con Música para una noche de verano, considerada como una de la piezas de teatro musical mejores de Stephen Sondheim y Hugh Wheeler. Un reparto de excepción encabezado por Constantino Romero, Vicky Peña y Montserrat Carulla, entre otros, y una escenografía espectacular. El montaje, inspirado en la película Sonrisas de una noche de verano, de Ingmar Bergman, cuenta con la orquesta de Manuel Gas en directo.

Pasqual trae uno de los espectáculos más importantes de su carrera, que ya se pudo ver el pasado año en su versión catalana en el mismo teatro de La Abadía. Dado el éxito del montaje, vuelve con Esperando a Godot, en castellano, con Anna Lizarán y Jesús Castejón al frente del reparto.

Alfaro y Moma Teatre estrenan en Madrid Nacidos culpables, un original espectáculo basado en una recopilación de entrevistas realizadas por Peter Sichrovsky a hijos y nietos de antiguos nazis que de un modo u otro participaron en el genocidio.

El autor y director Jesús Campos García, con los actores Maite Brik, Claudia Gravi, Mario Bedoya y José Lifante, hace una personal reflexión sobre la muerte y sus variantes en el original espacio escénico del Museo del Ferrocarril.

El actor Cristo, con la dirección y autoría de Azufre, ofrece En el principio, un curioso montaje basado en textos de Shakespeare, Dante y Heine, y con música de Bach, Mozart y Schubert.

Los títeres cuentan con varios espectáculos, entre los que destaca Beckett..., del grupo Sobrevento, de Brasil, y Exit, del Teatro de Marionetas do Porto, de Portugal.