La oferta de plazas supera la demanda en un tercio de los estudios de las universidades

El descenso del número de alumnos no ha impedido que el sistema universitario catalán siga creciendo y que mantenga estudios cuya demanda es prácticamente nula. El 33,5% de los estudios que ofrecen las universidades catalanas a los alumnos de primer curso no llenan las plazas disponibles en primera opción, lo que supone un aumento de seis puntos respecto al curso pasado. Del total de 349 titulaciones que se imparten, 117 tuvieron una nota de corte de 5 en las pruebas de la selectividad del pasado mes de julio, lo que significa que la demanda de plazas era inferior a la oferta.

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El descenso del número de alumnos no ha impedido que el sistema universitario catalán siga creciendo y que mantenga estudios cuya demanda es prácticamente nula. El 33,5% de los estudios que ofrecen las universidades catalanas a los alumnos de primer curso no llenan las plazas disponibles en primera opción, lo que supone un aumento de seis puntos respecto al curso pasado. Del total de 349 titulaciones que se imparten, 117 tuvieron una nota de corte de 5 en las pruebas de la selectividad del pasado mes de julio, lo que significa que la demanda de plazas era inferior a la oferta.

Nuevas exigencias

El curso pasado se impartieron 323 titulaciones, de las que 87 no llenaron la oferta. Las preferencias de los alumnos, en líneas generales, mantienen la misma tendencia de los últimos años, pero acentuada. Los estudios de Derecho son los que más han visto descender su demanda. En las tres universidades periféricas (Girona, Lleida y Rovira i Virgili) la demanda está muy por debajo de la oferta de plazas; tanto en la de Barcelona (UB) como en la Autónoma (UAB), demanda y oferta están prácticamente equilibradas, y sólo en la Pompeu Fabra (UPF) se necesita una nota de corte moderadamente alta.En cuanto a las filologías, en las que hace un año la situación, en algunos casos, ya rozaba el ridículo, el desequilibrio no ha hecho sino aumentar. La palma se la lleva de nuevo la Filología Gallega de la UB, cuyos estudios han sido solicitados en primera opción por dos alumnos, seguida por la Filología Portuguesa, que ha reclutado a cinco estudiantes. Los estudios de Filología Catalana, que se imparten en todas las universidades públicas de la Generalitat, a excepción de la Politécnica (UPC), tan sólo han atraído a 141 alumnos.

A diferencia del curso pasado, cuando la UB estableció una nota de corte ligeramente superior a cinco, este curso ninguna de la filologías catalanas ha conseguido llenar las plazas que ofertaba. Tampoco lo han hecho todas las demás filologías, a excepción de la Hispánica de la UB y la Inglesa. Más dramática es la situación de los estudios de Turismo, que proliferan por todo el mapa catalán y en ningún caso han cubierto su oferta.

En el otro extremo están las titulaciones estrella, entre las que destacan, por encima de todas, los estudios de Comunicación Audiovisual que imparten tanto la UPF como la UAB, cuya nota de corte supera ampliamente el ocho, o los casos de Economía en la UPF y Periodismo en la UAB. Los estudios de Medicina que imparten la UB, la UAB, la UDL y la URV, y a los que han accedido 1.518 alumnos, figuran entre los más solicitados, tanto en números absolutos como en cuanto a la exigencia de una nota de corte alta, por encima del siete.

La Generalitat, por boca del consejero de Universidades, Investigación y Sociedad de la Información (DURSI), Andreu Mas-Colell, ya ha anunciado que en los próximos meses -antes de finales de este año- habrá un nuevo mapa de titulaciones. Según Mas-Colell, habrá que "crear unas nuevas y cerrar algunas". Lo primero es relativamente fácil; lo segundo, con el actual sistema de funcionamiento, se presenta mucho más difícil y podría ser la prueba de fuego para demostrar que las universidades públicas son capaces de adaptarse a las nuevas demandas sin que sea necesaria una revisión a fondo del marco legal de la educación superior en España, algo que, por el momento, no se vislumbra en el horizonte.La actual demanda del mercado laboral de especialistas en informática, que ha sido uno de los temas estrella del comienzo del curso académico, podría servir de ejemplo de la escasa capacidad de adaptación de las universidades a las exigencias de la sociedad. No hace ni dos años las grandes universidades barcelonesas, e incluso las de la periferia, se opusieron de forma radical a que la Pompeu Fabra incluyera la Ingeniería Informática entre sus titulaciones, provocando incluso la destitución del entonces comisionado para Universidades, Joan Albaigés. El pasado lunes, el rector de la UAB, Carles Solà, reconocía que dentro de dos años españa padecerá un déficit de 26.000 especialistas en informática.

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La cuestión, sin embargo, es que el mercado demanda esencialmente ingenieros técnicos informáticos, pero no tanto ingenieros superiores, mientras que las universidades tienden todas ellas a entrar en el campo de las ingenierías superiores invadiendo un territorio que, tradicionalmente, había sido coto privado de la Politécnica.

De momento la UPC ha abierto este año la Escuela de Ingenieros Técnicos del Baix Llobregat y se prepara para poner en marcha la gran oferta del campus de Castelldefels.

Consuelo Bautista

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