FERIA DE LOGROÑO

Urdiales puso la plaza en pie

PABLO G. MANCHALa corrida transcurría entre una monotonía generalizada. Comparecieron en el ruedo logroñés dos jóvenes toreros que acostumbran a dejarse ver por las ferias de copetín, El califa y Eugenio de Mora. Y se armaron de precauciones, el primero más que el segundo. Una vulgaridad desesperante.

Pero apareció Diego Urdiales y en un quite dejó claro su talante diferencial. Hubo una media verónica relajada y dibujada con sutil parsimonia. Urdiales recibió al tercero de la tarde con cabeza fría. El toro, uno de los de menos presencia de la feria, tenía una franca embestida, sobre...

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Heridos graves

PABLO G. MANCHALa corrida transcurría entre una monotonía generalizada. Comparecieron en el ruedo logroñés dos jóvenes toreros que acostumbran a dejarse ver por las ferias de copetín, El califa y Eugenio de Mora. Y se armaron de precauciones, el primero más que el segundo. Una vulgaridad desesperante.

Valdefresno / Califa, Mora, Urdiales

Cinco toros de Valdefresno, bien presentados, mansos, manejables y con muy pocas fuerzas. 3º, sin trapío alguno. 5º, de Hermanos Fraile Mazas, anovillado y descastado.El Califa: estocada caída (silencio); tres pinchazos, dos descabellos -aviso- y descabello (silencio). Eugenio de Mora: estocada trasera y descabello (ovación y saludos); cuatro pinchazos, descabello -aviso- y un descabello más (silencio). Diego Urdiales: estocada desprendida (dos orejas); tres pinchazos y dos descabellos (palmas); salió a hombros por la puerta grande. Plaza de La Manzanera, 24 de septiembre. 4ª corrida de feria. Menos de tres cuartos de entrada.

Pero apareció Diego Urdiales y en un quite dejó claro su talante diferencial. Hubo una media verónica relajada y dibujada con sutil parsimonia. Urdiales recibió al tercero de la tarde con cabeza fría. El toro, uno de los de menos presencia de la feria, tenía una franca embestida, sobre todo por el izquierdo, que el arnedano descubrió en los doblones iniciales. Sin embargo, prefirió tomar la muleta con la derecha para dejar sitio entre él y el cornúpeta y embarcar desde la lejanía. Todo le salió templado y con despaciosidad, y cuando se decidió por los naturales, comenzó a brotar su toreo con luminosidad. Urdiales puso la plaza en pie. En el sexto, un inválido sin malas intenciones, lo llevó siempre a media altura. Cuando intentó bajarle la mano, el borrego se desplomó y terminó el intento de faena.

El Califa se perdió en probaturas con el primero. La faena terminó en un pispás y lo fulminó con una estocada. En el cuarto tampoco dijo nada especial.

Eugenio de Mora tampoco se apretó con el segundo. El toledano hizo una faena larga basada en la derecha. Toro y torero compusieron una estampa desaborida. El quinto, de Fraile Mazas, carecía de chispa o instinto. Mora no hizo más que torear a su aire, un aire de desesperante vulgaridad.

El novillero Pedro Lázaro resultó herido grave en Consuegra (Toledo) al clavarse el estoque en una pierna, informa Efe. El percance se produjo al saltar el acero cuando entraba a matar. El subalterno Antonio Briceño fue volteado cuando entraba al quite y sufrió una herida, también grave, en el pabellón auricular izquierdo.

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