Crítica:16º FESTIVAL DE MÚSICA DE ALICANTE

Triunfo de la sinfónica lusa

En el escenario del Teatro Principal, la Orquesta Sinfónica Portuguesa, dirigida por los madrileños José Ramón Encinar y Luis Aguirre, ha desarrollado dos programas de gran interés y dificultad que evidencian sus grandes posibilidades. Como homenaje debido, la orquesta visitante inició sus actuaciones con una muy bella página del fundador del festival, que hoy regenta la compositora Consuelo Díez tras el periodo guiado por Jesús Villarrojo. La obra de Tomás Marco, Angelus novus, fue escrita para la eclosión mahleriana de la Orquesta Nacional en 1971 y conserva belleza, vigencia y transp...

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En el escenario del Teatro Principal, la Orquesta Sinfónica Portuguesa, dirigida por los madrileños José Ramón Encinar y Luis Aguirre, ha desarrollado dos programas de gran interés y dificultad que evidencian sus grandes posibilidades. Como homenaje debido, la orquesta visitante inició sus actuaciones con una muy bella página del fundador del festival, que hoy regenta la compositora Consuelo Díez tras el periodo guiado por Jesús Villarrojo. La obra de Tomás Marco, Angelus novus, fue escrita para la eclosión mahleriana de la Orquesta Nacional en 1971 y conserva belleza, vigencia y transparencia.Personalidades de la música lusa tan diversas como Jorge Peixinho (1940-1995), Antonio Chagas Rosa y Luis de Freitas (1890-1955) establecieron a través de la música un triálogo ideológico y estilístico muy contrastado. Poematismo lisztiano y wagneriano en Freitas Branco para homenajear a Antero de Quental; imaginación polivalente y acumulativa de Chagas en su Ascensión de Ícaro inspirada en el mito y en Shakespeare y Wilde; efusión generosa, viveza de colores e inquietudes, en el Concierto para oboe de Peixinho. En las dos últimas obras, de tipo concertante, se hicieron aplaudir el oboista Ricardo Lopes y el pianista Marini Formenti, en unión del conjunto.

Con la Mahleriana de Marco escuchamos a la orquesta portuguesa otras dos páginas españolas: Ricercada de Manuel Angulo, escrita para la ONE en 1976, que desde su mismo título sugiere raíces clásicas hispanas, formas variativas, búsqueda y flexibilidad; el Doble concierto para arpa, guitarra y orquesta, de Francisco Otero, parte de breves ideas expansivas que en todos sus elementos constitutivos desarrolla el compositor con fuerte pulso y clara objetividad. El guitarrista Masayuki Takagi y la arpista Mikaële Granados asumieron el diálogo principal con refinada mesura expresiva.

Otro concierto, el tercero para violín y orquesta, de Alfred Schnitke (Engels, Rusia Central, 1934-Hamburgo, 1997), tuvo en nuestro compatriota Francisco Comesaña un intérprete de excelente técnica y honda afectividad. Al doliente mensaje siguió la Pequeña suite de Lutoslawski.

José Ramón Encinar, titular de la Orquesta Sinfónica Portuguesa desde mayo pasado, poco antes de ser designado director de la Orquesta de la Comunidad de Madrid, es músico nato en el que la lógica y la mágica convergen en una natural fluencia mientras el orden, la moderación y la voluntad clarificadora pueden ser rasgos significativos de Luis Aguirre.

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