57º FESTIVAL DE VENECIA

"No es una película anticastrista", afirma el actor

Javier Bardem se ha dejado la piel en esta película, rodada entre México y Nueva York. Han sido tres meses de intenso trabajado, 18 horas al día todos los días de la semana. El Gobierno cubano no dio el permiso para rodar en el escenario natural. "Hubiera sido además muy incómodo hacerla allí", dice el actor, que defiende al mismo tiempo la limpieza ideológica de la película. "No es anticastrista, es simplemente la historia de Reinaldo Arenas, un hombre que se vio privado de su libertad por ser escritor y ser homosexual, y da la casualidad que ocurre en Cuba, como podría ocurrir en otro sitio,...

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Javier Bardem se ha dejado la piel en esta película, rodada entre México y Nueva York. Han sido tres meses de intenso trabajado, 18 horas al día todos los días de la semana. El Gobierno cubano no dio el permiso para rodar en el escenario natural. "Hubiera sido además muy incómodo hacerla allí", dice el actor, que defiende al mismo tiempo la limpieza ideológica de la película. "No es anticastrista, es simplemente la historia de Reinaldo Arenas, un hombre que se vio privado de su libertad por ser escritor y ser homosexual, y da la casualidad que ocurre en Cuba, como podría ocurrir en otro sitio, bajo un régimen dictatorial". Es más, reconoce el actor español, si ha habido alguna manipulación, ha sido por el lado contrario. Before night falls (Antes que anochezca), las memorias noveladas de Reinaldo Arenas, es un libro mucho más duro con la Cuba de Castro que la película. "Es como un vómito. Lo hemos suavizado".Bardem no encuentra a veces las palabras españolas para expresar con exactitud en qué ha consistido su trabajo. "Joder. La película ha representado para mí un peso brutal. Al personaje lo tenía siempre encima", dice. "Cuando Julian me lo ofreció dije que no, tenía mis razones políticas para no querer hacerlo. Pero luego me acerqué a la obra de Reinaldo y me pareció admirable cómo hacía arte de su sacrificio y de su tortura. Me fui a La Habana, que yo no conocía, y allí hablé con gente; entonces me di cuenta de que, en aquella época, en ese país ocurrió eso, y además le ocurrió a mucha gente. Es un capítulo cerrado. Entonces me quedé con ganas de interpretar el personaje, de tener el honor de presentar al gran público a este personaje; por eso la película se hace en inglés, para que llegue al gran público. Aun así, tenía mis reservas, porque Arenas es cubano y yo soy español, y los cubanos hablan con una cadencia especial, hablarlo es muy jodido. Y luego no me sentía capaz de hacerlo, porque es toda la vida de una persona, y dije que no. Pero Schnabel insistió e insistió, hasta que, de pronto, me tiré a la piscina y dije que sí".

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A Javier Bardem no le importa nada reconocer que era el último actor en la lista de Julian Schnabel para encarnar a Reinaldo Arenas. "Otros no son ni siquiera la última alternativa", dice. "Schnabel es muy raro, pero no es tonto, y él me decía que el personaje me cambiaría la vida. Se refería a la vida personal, en la profesional no sé si cambiará, sólo pido que la película guste y que se entienda. Pero en lo personal ha cambiado mi manera de ver las cosas completamente. Me ha acercado mucho a Cuba. Sólo queremos dar a conocer a un hombre cuya obra es magnífica y reconocida por muchos".

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