Tribuna:

La vía policial TEO SANTOS

La policía puede ser eficaz contra el terrorismo dentro de la legalidad más escrupulosa. Las condiciones para la eficiencia policial antiterrorista son conocidas. Un buen trabajo de investigación, constante en el tiempo, con una colaboración leal entre todos los organismos implicados, basándose en una normativa adecuada y con un soporte social y político cohesionado. Ésos son los elementos necesarios y que no siempre se han dado contra ETA.Es cierto que no puede ofrecerse una seguridad total, y menos contra el crimen organizado, pero no por ello las instituciones negocian con las mafias...

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La policía puede ser eficaz contra el terrorismo dentro de la legalidad más escrupulosa. Las condiciones para la eficiencia policial antiterrorista son conocidas. Un buen trabajo de investigación, constante en el tiempo, con una colaboración leal entre todos los organismos implicados, basándose en una normativa adecuada y con un soporte social y político cohesionado. Ésos son los elementos necesarios y que no siempre se han dado contra ETA.Es cierto que no puede ofrecerse una seguridad total, y menos contra el crimen organizado, pero no por ello las instituciones negocian con las mafias. El ataque terrorista a las raíces de los principios de convivencia exige una intervención institucional decidida, contando para su articulación con la policía, entre otros entes oficiales. Puede haber fallos en los sistemas de seguridad y ante ETA los ha habido. Diversas asociaciones profesionales, de distintas organizaciones policiales, han expuesto graves deficiencias en el entramado antiterrorista, apuntando también posibles arreglos. Son comentarios que fortalecen a las propias instituciones, porque desde la autocrítica razonable se avanza en la corrección de fallos. Así se observa que cierta colaboración entre las policías empieza a dar sus frutos, y eso que todavía hay recelos y alguna reticencia.

Tenemos que aprovechar la debilidad de ETA, porque aunque siga anclada en su sinrazón, con capacidad para hacer sufrir, la realidad es que está de capa caída. El inmenso rechazo popular a sus métodos y la exigencia máxima a su deteriorada estructura criminal acabarán por debilitarla aún más. Quien aventura la fortaleza terrorista se equivoca. Hay muestras evidentes de sus limitaciones, como la utilización de terroristas históricos conocidos o la captación de adeptos entre elementos de la kale borroka y simpatizantes fichados. Tampoco se puede hablar de una instrucción sobresaliente, con numerosos (afortunados) errores en la preparación de cartas bomba, adhesión de explosivos y selección de objetivos (poco protegidos); el triste suceso de Bolueta es un luctuoso dato más.

El empecinamiento terrorista debe hacer comprender a todas las opciones ideológicas que la policía no puede quedar al margen, o actuar de mera contención, cuando son atacados los derechos fundamentales. Recurrir actualmente a la policía en un problema es como acudir a la cirugía en medicina, tal vez una última opción, pero cuando es necesario se interviene, eficazmente, sin huir de esa solución como de la peste, postura propia de otros tiempos. Además, la aminoración de la capacidad terrorista fortalece y legitima a las propias instituciones democráticas. Así que el recurso decidido a la vía policial ante ETA es una determinación verdaderamente prudente, en la real acepción del término. Frente al terrorismo, el costo de las inhibiciones y contemplaciones se paga muy alto, siendo lo sensato intervenir con resolución, hasta policialmente.

Teo Santos es ertzaina.

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