Todos los partidos reprochan al PP su intención de aprobar sin consenso la Ley de Extranjería
"El Gobierno se equivoca y corre un riesgo". Lo dijo ayer Pere Esteve, secretario general de CiU, aliado del Ejecutivo en numerosos proyectos, en respuesta al anuncio el jueves del vicepresidente primero, Mariano Rajoy, de que el Gobierno aprobará su modificación de la Ley de Extranjería aunque no tenga más apoyos. El resto de partidos expresó también su malestar: José Luis Rodríguez Zapatero, líder del PSOE, calificó esas declaraciones de "contrarias a la democracia moderna". Coalición Canaria, socio del Ejecutivo, explicó que responden a la forma de gobernar del PP "desde el rodillo". IU le ...
"El Gobierno se equivoca y corre un riesgo". Lo dijo ayer Pere Esteve, secretario general de CiU, aliado del Ejecutivo en numerosos proyectos, en respuesta al anuncio el jueves del vicepresidente primero, Mariano Rajoy, de que el Gobierno aprobará su modificación de la Ley de Extranjería aunque no tenga más apoyos. El resto de partidos expresó también su malestar: José Luis Rodríguez Zapatero, líder del PSOE, calificó esas declaraciones de "contrarias a la democracia moderna". Coalición Canaria, socio del Ejecutivo, explicó que responden a la forma de gobernar del PP "desde el rodillo". IU le acusó de "prepotencia".
Felipe Alcaraz, portavoz parlamentario de IU, se preguntaba ayer: "Si Rajoy, que es el más suave y sedoso del Gobierno, dice esto, qué no dirán [el ministro del Interior, Jaime] Mayor Oreja o el presidente Aznar". La coalición viene repitiendo hace meses que el Ejecutivo "está empezando a hacer una política prepotente y de mayoría absoluta, e identificando al PP con el Estado, lo que es peligroso". El líder del principal partido de la oposición, José Luis Rodríguez Zapatero, afirmó en Asturias que la inmigración "es una cuestión de Estado" que, en su opinión, debería ser objeto de un tratamiento similar al de la lucha antiterrorista, informa Rafael Quirós. El secretario general del PSOE respondió a Rajoy -que había dicho que "el consenso y el diálogo no son un fin en sí mismo, el fin es gobernar"- que sus afirmaciones reflejan "una falta de entendimiento de lo que es el problema de la emigración", y pidió que se piense en la situación de dentro de 10 o 15 años, "porque un Gobierno pasa, pero una ley puede permanecer durante décadas".
"Vuelvo a reclamar el diálogo, y lo volveré a hacer, cuando pueda, al presidente del Gobierno", insistió Rodríguez Zapatero, que aseguró que sería el primero en felicitarle si finalmente se abre paso al consenso en materia de inmigración. El Ejecutivo, concluyó, "no debe tener miedo al debate político: sería una magnífica noticia para España que se produjera en la política de emigración un gran acuerdo, y no limitar el diálogo a la lucha antiterrorista, pero es el Gobierno el que tiene la palabra".
Desde CiU, socio del Ejecutivo del PP en la legislatura pasada y que ha llegado a pactos de apoyo para determinados proyectos en la actual, llegaron fuertes críticas y una llamada al acuerdo en una cuestión "que afecta a los derechos fundamentales". Si Pere Esteve no sabía "exactamente por qué el Gobierno tiene tanta prisa" para modificar una ley de la que no se ha redactado aún el reglamento, "y que se aprobó con premura, pero con muchos votos" hace ocho meses, el portavoz en el Congreso de los Diputados, Xavier Trias, expresó su confianza en que el proyecto "pueda ser aún consensuado". "Si bien es cierto que el PP puede imponer su mayoría absoluta", añadió Trias, "también lo es que una cuestión como ésta, que afecta a derechos fundamentales y condiciona el desarrollo socioeconómico del país, debería contar con una amplia aprobación".
"Rodillo"
Coalición Canaria, único socio del Gobierno en esta legislatura, como también lo fue en la pasada junto a CiU y el PNV, aunque con los nacionalistas vascos se rompió esa relación, reaccionó con contundencia al anuncio de Rajoy. Marcial Morales, consejero de Empleo y Asuntos Sociales del Gobierno canario (rige las islas en alianza con el PP), se mostró "triste" por la intención del Gobierno de no modificar su anteproyecto de Ley de Extranjería. Una medida que, a su juicio, "responde a la forma de gobernar desde el rodillo" del Ejecutivo popular."Me da mucha pena que vayan a tirar por la borda la oportunidad del diálogo y de hacer una ley mejor, que, en este caso, tendrá menos autoridad moral, cosa poco deseable tratándose de una norma que regula derechos fundamentales, pero cada uno tiene su estilo de gobernar", remachó Morales, quien cree "que de lo que se trata ahora es de ganar unos meses para darle oportunidad a una ley que tiene la virtud del consenso, que no es poco".