Con nevera y cama, pero sin casa

Desalojadas 12 familias en Sabadell por graves problemas de aluminosis en sus viviendas

,Antonio Hernández acaba de regresar del hospital, donde su mujer ha dado a luz. Se dirige a quien quiera escucharle para decirle que tan sólo le ha dado tiempo de sacar del piso la nevera y la cama. Mientras habla, la excavadora trabaja y engulle parte del mobiliario. Pronto no quedará nada ni de su piso ni de los de otras 11 familias que ayer fueron desalojadas porque sus viviendas estaban afectadas de aluminosis y, según el Ayuntamiento, "en ruinas".A su lado, Pilar Ribate, se encuentra en la ince...

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Desalojadas 12 familias en Sabadell por graves problemas de aluminosis en sus viviendas

,Antonio Hernández acaba de regresar del hospital, donde su mujer ha dado a luz. Se dirige a quien quiera escucharle para decirle que tan sólo le ha dado tiempo de sacar del piso la nevera y la cama. Mientras habla, la excavadora trabaja y engulle parte del mobiliario. Pronto no quedará nada ni de su piso ni de los de otras 11 familias que ayer fueron desalojadas porque sus viviendas estaban afectadas de aluminosis y, según el Ayuntamiento, "en ruinas".A su lado, Pilar Ribate, se encuentra en la incertidumbre de cómo va a pagar los 10 millones que le cuesta el piso que le ha facilitado Vimusa, "juntando mi pensión como madre soltera y la de mi madre no llegamos ni a las 100.000 pesetas al mes, a ver cómo pagamos las letras y comemos". Ambos van a recibir 500.000 pesetas como indemnización. Según el concejal de Vía Pública y Mantenimiento, Joan Carles Sánchez, las ayudas se han dado según "el censo elaborado en mayo de 1999". Los propietarios que pudieron acreditar serlo han recibido 2,5 millones de pesetas, aunque son pisos que han cambiado de inquilinos con suma facilidad.

La zona es uno de los principales focos del tráfico de drogas. Los pisos tienen como únicos vecinos naves industriales y descampados. Ayer derribaron tres bloques, pero aún quedan otros tres pendientes de desalojar. En total son 110 viviendas, la mayoría de ellas abandonadas desde hace tiempo. La semana pasada algunas de las familias que viven en estos pisos se personaron en el Ayuntamiento para protestar por la falta de información. Hace seis meses recibieron una carta en la que se les comunicaba el estado de degradación de los pisos, pero no fue hasta el martes cuando se les avisó de que el domingo era el último día para dejar la vivienda.

Ante la incertidumbre, se presentaron en el pleno municipal y reclamaron la atención del alcalde. Al día siguiente se celebró una reunión entre vecinos y Ayuntamiento. Según el consistorio, a seis familias se les han buscado alternativas de compra en el mercado privado, y se han tramitado ayudas económicas. A otras tres se les ha aprobado ayuda desde Servicios Sociales. Dos han accedido a pisos de Vimusa. Muchos de ellos, sin derecho a nada, buscarán otro piso, seguramente también en estado ruinoso o abandonado, que puedan ocupar.

La situación de los desalojados ayer en Sabadell es similar a la que tuvieron que hacer frente los vecinos del barrio barcelonés de Trinitat Nova en 1998, donde se derribaron 891 pisos afectados de aluminosis. Como el 30% de los habitantes del barrio eran jubilados y personas con un poder adquisitivo muy bajo, se estableció un baremo de ayudas en función de las rentas que preveía reducciones de entre el 10 y el 50% del valor total del piso. Además, las personas que acreditaban tener unos ingresos de menos de un millón de pesetas al año podían acceder a las viviendas en régimen de alquiler.

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