MÚSICA DE CÁMARA EN SEGOVIA

Lección de entusiasmo

La 31ª Semana de Música de Cámara en Segovia habita para todos en el patio de armas del Alcázar, pero también entre los muros de la Real Academia de San Quirce, sede de los cursos, coloquios y clases magistrales. Es el resultado de la doble personalidad del profesor González Sarmiento, asesor del gerente de la Fundación Juan de Borbón, Rodrigo Peñalosa. De una parte, los conciertos de gran contenido y alto nivel interpretativo; de otra, las enseñanzas de maestros como el violinista Ricci, el viola Giuranna, el chelo Filippini, el pianista Guillermo González, el cuarteto Brodsky, el quinteto de...

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La 31ª Semana de Música de Cámara en Segovia habita para todos en el patio de armas del Alcázar, pero también entre los muros de la Real Academia de San Quirce, sede de los cursos, coloquios y clases magistrales. Es el resultado de la doble personalidad del profesor González Sarmiento, asesor del gerente de la Fundación Juan de Borbón, Rodrigo Peñalosa. De una parte, los conciertos de gran contenido y alto nivel interpretativo; de otra, las enseñanzas de maestros como el violinista Ricci, el viola Giuranna, el chelo Filippini, el pianista Guillermo González, el cuarteto Brodsky, el quinteto de viento de Viena o los Luur-Metalls españoles.

Y en medio, el formidable espectáculo: los jovencísimos discentes haciendo cámara con hondura y compenetración; poniendo luz sobre los pentagramas de Haydn, Turina o Shostakovich. Conviene retener sus nombres en nuestras memorias pues mañana serán célebres: José Francisco Montón y Javier Martínez, violinistas; Pilar González Madroño, viola, y Beatriz Linares, violonchelo, unidos ahora en cuarteto bajo la denominación de Orfeo.

El trabajo de los maestros del cuarteto Brodsky, tan conocido y admirado en España, con estos artistas in pectore, receptivos en grado sumo, abrillantan el mérito y la belleza de las propias versiones de los maestros.

Ante un público que colmó el patio alcazareño, los maestros del Brodsky explicaron en vivo el enigmático y soberbio Alegro y fuga de un Mozart que sueña con Bach, la frescura libre y todavía optimista de Shostakovich en su segundo cuarteto, con ese magnífico y prolongado recitativo de segundo tiempo, o la compañía de Mozart en el hermoso cuarteto La muerte y la doncella. En él, como escribiera Eugenio D'Ors, Mozart hace algo más que ejemplarizar: "Camina a nuestro lado y canta".

Cantó con excelente sensibilidad nuestro pianista Guillermo González, en unión de los espléndidos instrumentistas de la Orquesta Reina Sofía que dirige Nicolás Chumachenko, el recóndito Concierto número 14 en mi bemol del Mozart más angélico y humano, mientras sonaron con perfección las bien acordadas y ritmadas piezas de Rodolfo Halffter que inauguran su evolución hacia un particularísimo schönbergismo.

Guillermo González explica en estos momentos la suite Iberia, gran herencia pianística de España al mundo. Segovia que, como dice Luis Felipe Vivanco, es "luz y poesía", que hace poema "el mirar y ver, el oler y sentir", instala en el ánimo de todos la más intensa experiencia: el entusiasmo.

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