La solución biológica

La fruta madura es un producto apetecible para el consumidor y en muchos casos el cobijo perfecto para la procreación de la mosca mediterránea, técnicamente conocida como Ceratitis capitata. La plaga, endémica de la zona mediterránea, es tan antigua como la misma actividad agraria, al igual que la lucha del agricultor por combatirla. Cuando la mosca afecta a un fruto provoca su pudrición. Esta situación, que está controlada gracias a los métodos de fumigado, daña un bajo tanto por ciento de las cosechas de frutas, pero produce recelo en los consumidores y puede llegar a paralizar una ca...

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La fruta madura es un producto apetecible para el consumidor y en muchos casos el cobijo perfecto para la procreación de la mosca mediterránea, técnicamente conocida como Ceratitis capitata. La plaga, endémica de la zona mediterránea, es tan antigua como la misma actividad agraria, al igual que la lucha del agricultor por combatirla. Cuando la mosca afecta a un fruto provoca su pudrición. Esta situación, que está controlada gracias a los métodos de fumigado, daña un bajo tanto por ciento de las cosechas de frutas, pero produce recelo en los consumidores y puede llegar a paralizar una campaña de comercialización. El caso más extremo lo encontramos en Japón, un país libre de esta plaga, que coloca en cuarentena y a bajas temperaturas, cualquier fruta que proviene de países mediterráneos.La guerra para minimizar la mosca mediterránea en la Comunidad Valenciana está declarada desde hace mucho tiempo. Ahora, la Consejería de Agricultura piensa sustituir la tradicional fumigación aérea por un tratamiento biológico. La fumigación de cosechas contra la Ceratitis capitata se hace desde dos frentes distintos. Por una parte, la fumigación aérea, un sistema que lanza indiscriminadamente el insecticida y que resulta polémico, explica el director general de Innovación Agraria, Eduardo Primo, debido a que la particular distribución agraria valenciana, en la que se entrelazan los campos de cultivo con zonas pobladas "dificulta el trabajo con aviones". Además, defiende Primo, este sistema resta eficacia al tratamiento, del que sólo se aprovecha un 60%, mientras que el resto se pierde fuera de los terrenos de cultivo. Este método se completa con la fumigación directa que el agricultor realiza dentro del campo. La combinación de ambos sistemas rebaja la mosca, "pero siempre queda una población residual", explica Primo.

"Somos conscientes de que tenemos que revolucionar el tratamiento e ir hacia un sistema biológico", explica. Las cosas ya han cambiado para esta campaña de verano y aunque en algunas zonas se mantendrá la fumigación aérea, ésta se reducirá y será sustituida por equipos de fumigación terrestre. Todo esto, siempre completado con la necesaria actividad de fumigado del agricultor.

El siguiente paso es eliminar la fumigación aérea y sustituir el insecticida actual (que también contiene una proteína hidrolizada que sirve como cebo al insecto) por un producto esterilizante, que afecta a la mosca macho. Este sistema es el resultado de una investigación desarrollada en el Intituto de Tecnología Química de la Universidad Politécnica de Valencia que ya está en pruebas este verano y que ha demostrado una alta eficacia. Este método se completará con la aplicación de la esterilización de machos mediante radiación, una técnica extendida en Estados Unidos y que la consejería quiere adoptar en los próximos años. Con este objetivo, representantes de Agricultura de la Generalitat Valenciana acudirán a una reunión de la Junta de Energía Atómica que tendrá lugar a mediados de agosto en Viena y en la que se estudiará la creación de un centro de esterilización en Eslovenia. La planta facilitará "pupas" macho esterilizadas (proceso de incubación previo al nacimiento de la mosca), que la consejería criará en una pequeña planta en la Comunidad y que distribuirá en los campos, para que compitan con los machos "normales".

El método es más efectivo, menos agresivo y más costoso. De hecho, desde la consejería se baraja que de los 400 millones de pesetas que ahora invierte anualmente en su lucha contra la Ceratitis capitata se pasará a dedicar cada año algo más de 1.000 millones. El presupuesto es más elevado pero la situación lo requiere. La mosca del mediterráneo es especialmente activa entre los meses de mayo y octubre y ataca principalmente a la fruta a partir de su maduración. Es entonces cuando la Ceratitis hembra agujereará de forma masiva la fruta y depositará en ella sus larvas. Y su fecundidad es digna de mención. Un ejemplo: unas pocas "parejas" adultas de pequeñas Ceratitis (cuyo cuerpo no sobrepasa los 4 o 5 milímetros de longitud) puede llegar a "producir"dos billones de larvas en las 6 distintas puestas que puede llegar a realizar en un año.

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