BARCELONA

Cada día más ídolo

Ésta es ya la séptima puerta grande en Barcelona de un José Tomás cada día más ídolo en la Monumental. Se ha llegado a un punto en el que incluso es el único diestro al que se le perdonan desarmes y enganchones. Y si no, véanse los muy quietos pero poco limpios quites de ayer, ovacionados con frenesí.Su primero fue el mejor ejemplar de la pobremente presentada y escasa de fuerzas corrida de los dos hierros de Domingo Hernández. El astado era noble y humillaba por los dos pitones. Tomás empezó directamente toreando en redondo en los medios. Pases de trinchera de muy bella estética y toreo con l...

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Alfonso Romero, grave

Garcigrande, Hernández / Joselito, Rivera, Tomás

Toros: 1º, 2º y 6º de Garcigrande; 3º, 4º y 5º de Domingo Hernández, flojos y de juego desigual.Joselito, aviso y ovación en los dos. Rivera Ordóñez, aplausos; aviso y ovación. José Tomás, dos orejas y rabo; dos orejas. Plaza Monumental. Barcelona, 23 de julio. Tres cuartos de entrada.

Ésta es ya la séptima puerta grande en Barcelona de un José Tomás cada día más ídolo en la Monumental. Se ha llegado a un punto en el que incluso es el único diestro al que se le perdonan desarmes y enganchones. Y si no, véanse los muy quietos pero poco limpios quites de ayer, ovacionados con frenesí.Su primero fue el mejor ejemplar de la pobremente presentada y escasa de fuerzas corrida de los dos hierros de Domingo Hernández. El astado era noble y humillaba por los dos pitones. Tomás empezó directamente toreando en redondo en los medios. Pases de trinchera de muy bella estética y toreo con la zurda templado y ligado en los medios, destacando una serie soberbia. Al final, toreo a pies juntos, siempre en los medios, y precioso colofón por bajo. Estocada contundente y entusiasmo desbordado, del que se contagió la presidencia al conceder las dos orejas y el rabo.

La faena al sexto fue menos limpia, pero también tuvo momentos muy brillantes. El toro repetía sus embestidas con nobleza, aunque sin gran vibración. Tomás se fue enseguida a los medios y allí muleteó con gran pureza y suavidad con ambas manos, finalizando con estoicas manoletinas y otra estocada de efectos rápidos. Otra vez entusiasmo general y dos orejas más, con la consiguiente salida a hombros por la puerta grande. Definitivamente, en la Barcelona taurina ha nacido un ídolo.

Joselito, con el peor lote, tuvo una buena tarde, aunque no cortase trofeos, en parte por su mal uso de los aceros. Bien con el capote toda la tarde, su primero era noble, pero muy flojo y soso. Faena muy torera, pero perjudicada por la muy poca transmisión que ofrecía el astado. El cuarto era muy flojo, pero no fue retirado. Joselito consiguió que no se cayera durante la faena, destacando en un toreo al natural largo y mandón.

El segundo se entregó en una segunda vara, pero llegó a la muleta aplomado y cazando moscas. Rivera lo había recibido con las verónicas genuflexas que inmortalizara su ilustre abuelo, pero con la muleta únicamente pudo mostrarse voluntarioso y dominador. El quinto fue un toro desconcertante. Rivera inició la faena de rodillas y siguió con vibración y hondura, ligando muy bien los muletazos. Pero el toro se vino a menos y la faena, innecesariamente alargada, también.

El subalterno Alfonso Romero resultó cogido de pronóstico grave cuando actuaba a las órdenes de El Rubio en Cehegín (Murcia), informa Efe. Fue atendido en la enfermería de "cornada en región inguinal derecha, con dirección ascendente, de veinte centímetros de profundidad que diseca el hueso femoral, interesando masa muscular de cuádriceps. Pulsos arteriales periféricos conservados, de pronóstico grave". Novillos de Espartaco y Jandilla. Daniel Barrera, oreja y dos orejas. Jesús Carrasco, oreja y dos orejas. El Rubio, dos orejas y rabo en los dos.

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