Crítica:VERANOS DE LA VILLA

CARLOS NÚÑEZ Síndrome de la vuelta

Érase una vez un muchacho gallego que viajaba al festival de Lorient, salía de gira por el mundo con Paddy Moloney y sus Chieftains y soñaba hacer de la gaita un instrumento respetado. Hasta que a su vera apareció en la vecina Asturias otro gaitero que, sin necesidad de soplar, y vía sintonía de La Vuelta, se ha hinchado a vender discos. Así que nuestro vigués parece encontrarse ahora bajo el síndrome de la gaita ciclista.A Carlos Núñez no se le puede negar virtuosismo. Sí cabe cuestionar los derroteros actuales de su música. Haber encargado la producción de su tercer disco a Alejo Stivel (La ...

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Érase una vez un muchacho gallego que viajaba al festival de Lorient, salía de gira por el mundo con Paddy Moloney y sus Chieftains y soñaba hacer de la gaita un instrumento respetado. Hasta que a su vera apareció en la vecina Asturias otro gaitero que, sin necesidad de soplar, y vía sintonía de La Vuelta, se ha hinchado a vender discos. Así que nuestro vigués parece encontrarse ahora bajo el síndrome de la gaita ciclista.A Carlos Núñez no se le puede negar virtuosismo. Sí cabe cuestionar los derroteros actuales de su música. Haber encargado la producción de su tercer disco a Alejo Stivel (La Oreja de Van Gogh) denota la voluntad de tomar al asalto las listas de ventas. La canción compuesta con el ex Supertramp Hodgson sirvió para certificar que a la violinista irlandesa del grupo no la ha llamado el Señor por el camino del canto. Otro cantar es Anabela, la joven lisboeta pupila del descubridor de Dulce Pontes, que entró con un fado a capella y dejó oír una voz con posibilidades.

Carlos Núñez

Jazztel festival. Cuartel del Conde Duque. Madrid, 10 de julio

Claro que Nana de lluvia, que interpretó en español, y que bien podría ser el tema principal de cualquier culebrón, o El pozo de Arán, sólo fueron superados en el horror por un Capitán Nemo que recuerda aquellas músicas de dibujos a lo Oliver y Benji. No hay defensa posible: Carlos Núñez naufraga en la comercialidad. Debería olvidarse ya del pedaleo y volver a pensar en toda la buena música que es capaz de tocar.

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