El presidente de Brasil, premio Príncipe de Asturias de Cooperación

Fernando Henrique Cardoso, de 68 años, presidente de la República Federativa de Brasil desde enero de 1995, fue galardonado ayer con el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional por su trabajo "en favor del fortalecimiento de los valores democráticos, el perfeccionamiento de las instituciones y la búsqueda del progreso y el bienestar de la población". En la última votación, Cardoso obtuvo el apoyo de 14 de los 17 miembros del jurado.

Los otros tres mantuvieron su respaldo hasta el final a la candidatura de Amnistía Internacional, que resultó finalista junto a Greenpeace e...

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Fernando Henrique Cardoso, de 68 años, presidente de la República Federativa de Brasil desde enero de 1995, fue galardonado ayer con el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional por su trabajo "en favor del fortalecimiento de los valores democráticos, el perfeccionamiento de las instituciones y la búsqueda del progreso y el bienestar de la población". En la última votación, Cardoso obtuvo el apoyo de 14 de los 17 miembros del jurado.

Los otros tres mantuvieron su respaldo hasta el final a la candidatura de Amnistía Internacional, que resultó finalista junto a Greenpeace e Intermon. El premio, dotado con cinco millones de pesetas y una escultura de Joan Miró, será entregado en octubre en Oviedo por el príncipe de Asturias. Además de "su labor constante, dentro y fuera de Brasil" en apoyo de la democracia, la mejora de la instituciones y la búsqueda del progreso y el bienestar de la humanidad, el jurado estimó, entre los méritos de Cardoso, "sus esfuerzos en pro de la cooperación regional en Suramérica y su liderazgo prudente y equilibrado en el proceso de integración de los países de Mercorsur".El acta del fallo señala además que "la visión de estadista de Cardoso queda también atestiguada por el fomento y desarrollo de la cultura, como se ha puesto de relieve por su empeño en la enseñanza de la lengua portuguesa en los países de la región", así como "del idioma español en Brasil", lo que en opinión del jurado "abrirá fronteras a un mejor conocimiento y cooperación entre las comunidades de las dos lenguas".

Cuando EL PAÍS preguntó a Leopoldo Calvo-Sotelo, uno de los miembros del jurado, si el galardón podría ser polémico por la incesante deforestación del Amazonas, el acoso al que se ven sometidas las tribus aborígenes -denunciado por organizaciones ecologistas e indigenistas-, y las grandes desigualdades, el expresidente del Gobierno español fue rotundo: "Todo hoy es polémico. Creo, sin embargo, que la política de Cardoso, en un país difícil, rico, muy grande y muy diverso, es en líneas generales acertada". A juicio del exprimer ministro portugués, Francisco Pinto Balsemão, que junto a otro miembro del jurado, Marcelino Oreja, propuso y defendió la candidatura de Cardoso, del que Pinto se confesó amigo personal, afirmó al respecto que "ésos son problemas que no son específicos de Brasil y que están tratando de resolverlos".

Nicolás Sartorius, exdirigente de Izquierda Unida, y que también participó en la decisión, sostuvo que "el premio es de Cooperación Internacional y, más que sobre cuestiones internas, que no valoramos", lo que se ha tenido en cuenta ha sido "su proyección exterior". Cardoso, que había sido finalista a este premio en tres convocatorias, se convierte en el quinto estadista latinoamericano que lo recibe en los 20 años de existencia de esta distinción. Antes lo obtuvieron José López Portillo, de México (1981); Belisario Betancur, de Colombia (1983); Raúl Alfonsín, de Argentina (1985), y Óscar Arias, de Panamá (1988). En 1984 lo recibió el Grupo de Contadora (formado por Colombia, México, Panamá y Venezuela) y en 1997, le fue concedido conjuntamente al Gobierno y guerrilla de Guatemala.

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