24.395 inmigrantes 'sin papeles' logran atención médica con la nueva Ley de Extranjería

Un total de 24.395 inmigrantes indocumentados han conseguido acceder a la sanidad pública en Madrid desde la entrada en vigor, el 1 de febrero, de la Ley de Extranjería, que garantiza la atención médica oficial a todos los irregulares empadronados en la región. Hasta ahora, el Insalud sólo asistía a los sin papeles en las urgencias hospitalarias o si se trataba de menores de 18 años o embarazadas. El resto tenía que recurrir a la atención de ONG como Karibú o Médicos del Mundo. La mayoría de las solicitudes se han presentado en las áreas sanitarias de Centro, Arganzuela o Villaverde.

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Un total de 24.395 inmigrantes indocumentados han conseguido acceder a la sanidad pública en Madrid desde la entrada en vigor, el 1 de febrero, de la Ley de Extranjería, que garantiza la atención médica oficial a todos los irregulares empadronados en la región. Hasta ahora, el Insalud sólo asistía a los sin papeles en las urgencias hospitalarias o si se trataba de menores de 18 años o embarazadas. El resto tenía que recurrir a la atención de ONG como Karibú o Médicos del Mundo. La mayoría de las solicitudes se han presentado en las áreas sanitarias de Centro, Arganzuela o Villaverde.

Jorge Orozko, un músico cubano de 25 años, es uno de los inmigrantes sin papeles a los que la nueva Ley de Extranjería les ha abierto las puertas de la sanidad pública. Lleva dos años en España y vive de las actuaciones que le salen en discotecas, pero, como no ha tenido ninguna oferta laboral con contrato, no ha podido obtener aún un permiso de trabajo y residencia. Ahora espera conseguirlo con el proceso de regularización abierto del 21 de marzo al 31 de julio para los inmigrantes que viven en España desde antes del 1 de junio de 1999.Obtener el permiso de residencia le hará vivir más tranquilo. Pero también conseguir el acceso a la sanidad pública ha sido para él un avance. "Es un agobio más que te quitas porque, aunque yo en dos años no he tenido que ir nunca al médico, no sabes qué te puede pasar", explica.

En marzo, unos amigos le explicaron que podía obtener la tarjeta sanitaria y puso manos a la obra. Todavía no se la han enviado, pero ya tiene un resguardo de la solicitud, que le sirve para acceder al médico del Insalud como cualquier otro ciudadano. "Tuve que llevar unos cuantos papeles y, como suele pasar en esos casos, un día me dijeron que me faltaba un documento que antes no me habían pedido, pero ya está todo arreglado", concluye este vecino de Arganzuela.

Cuando entró en vigor la ley, el Insalud estimó que unos 30.000 inmigrantes de Madrid podrían beneficiarse de sus aspectos sanitarios. En cuatro meses casi se ha alcanzado ya esa cifra. La mayoría de estos trabajadores extranjeros están empleados en la economía sumergida, por lo que nadie cotiza por ellos a la Seguridad Social y, además, en muchos casos carecen de permiso de trabajo y residencia.

Sin embargo, quedan grupos de extranjeros que no pueden obtener la tarjeta sanitaria. Eso lo saben bien en Karibú, una ONG vinculada a los padres mercedarios que atiende a inmigrantes del África negra y cuenta con un dispensario médico.

Sin pasaporte

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Su responsable, Antonio Díaz Freijoo, explica que a su centro acude un buen número de africanos que no pueden cumplir con el principal requisito exigido para obtener la tarjeta sanitaria: estar empadronado en Madrid. "No tienen pasaporte ni cédula de inscripción, con lo que no consiguen inscribirse en el padrón", añade. "Cuando no existen esos impedimentos, los centros de salud les conceden la tarjeta sanitaria sin problemas", apostilla.

Pero, a pesar de todo, su servicio médico sigue lleno. "Además de los indocumentados que no tienen posibilidades de acceder al Insalud, siempre hay recién llegados que todavía no saben qué hacer, porque ni conocen el idioma", matiza. "También vienen a por medicinas porque la tarjeta sanitaria abarata los fármacos, pero no salen gratis y hay gente con escasísimos recursos".

Patricio Rayón, coordinador del centro de atención a inmigrantes de Médicos del Mundo, en Tetuán, explica que desde febrero están reduciendo los servicios sanitarios que llevaban prestando desde hace años y derivando a los inmigrantes, previamente asesorados, a los centros del Insalud. A este dispensario, a diferencia del de Karibú, llegan pocos extranjeros sin pasaporte.

Para obtener la tarjeta sanitaria, el inmigrante debe acudir al centro de salud más cercano a su domicilio adjuntando su pasaporte; un certificado de empadronamiento (que se obtiene en la junta municipal correspondiente); un certificado de la Tesorería de la Seguridad Social en el que se indique que no está inscrito en ningún régimen de cotización (general, autónomos...) y un número provisional de afiliación a la Seguridad Social.

En Médicos del Mundo y Karibú aseguran que hay ambulatorios en los que se pide otro certificado de situación económica, que emiten las delegaciones de Hacienda. Pero en los centros de salud indican que es suficiente con rellenar un formulario, que facilitan ellos mismos, en el que el solicitante declara ser una persona "sin recursos económicos suficientes". Con el resguardo de la solicitud presentada ya se puede acceder a la atención médica sin esperar a recibir la tarjeta.

Para empadronarse hay que acreditar la identidad (con DNI, pasaporte, permiso de residencia, tarjeta de refugiado...) y el uso de una vivienda de la zona con un contrato de alquiler o un recibo a su nombre. También puede servir un escrito del dueño del piso o del titular del alquiler en el que se indique que el solicitante vive allí. Algunas ONG acreditan también la residencia en sus albergues.

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