LA SITUACIÓN DE LOS INMIGRANTES

Urgen brazos en Aragón y Castellón

Si el paro es el drama del trabajador, la falta de mano de obra es la pesadilla de los empresarios de algunos sectores productivos en ciertas zonas de España, como las provincias de Castellón y Soria o las comunidades autónomas de Aragón y Cataluña. Así que la buena noticia -e insólita hace sólo unos años- de que la tasa de desempleo en Castellón se sitúa por debajo del 6% de la población activa, algo que respecto a España los expertos consideran pleno empleo, trae de cabeza a los que necesitan manos para recoger cosechas o servir mesas. El buen ritmo de descenso del número de desempleados en ...

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Si el paro es el drama del trabajador, la falta de mano de obra es la pesadilla de los empresarios de algunos sectores productivos en ciertas zonas de España, como las provincias de Castellón y Soria o las comunidades autónomas de Aragón y Cataluña. Así que la buena noticia -e insólita hace sólo unos años- de que la tasa de desempleo en Castellón se sitúa por debajo del 6% de la población activa, algo que respecto a España los expertos consideran pleno empleo, trae de cabeza a los que necesitan manos para recoger cosechas o servir mesas. El buen ritmo de descenso del número de desempleados en la Comunidad Valenciana ha situado ese porcentaje para el conjunto de la región en abril por debajo del 8%. El peor dato corresponde a Alicante, con el 8,84%; en Valencia se sitúa en el 7,46% y en Castellón, la mejor cifra de la comunidad, en el 4,86%.Pese a que las cifras de trabajadores que se necesitan no está cuantificada, los sectores agrícola, azulejero, turístico y de construcción son los que más necesitan la incorporación de nuevos trabajadores. Por ello, se está recurriendo a la contratación de inmigrantes, muchos de ellos procedentes de los antiguos países del Este de Europa. Pero algunos empresarios se quejan de las dificultades burocráticas a la hora de contratar a estos trabajadores, informan María Fabra y Rosa Biot.

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Desde la Federación de Agricultores de Castellón (Fepac) se ha puesto en marcha un proyecto piloto, que de tener éxito se extendería al resto del país, para crear una oficina que coordine las ofertas y demandas de trabajo. El sector azulejero, por su parte, está contratando personal sin cualificación para formarlo en las propias empresas.

La construcción, sector en el que la patronal calcula en un millar el número de trabajadores que se precisa, confía en la inmigración, sobre todo en la de los ciudadanos de países del Este europeo, que en muchos casos ya tienen una formación específica. En lo referente al sector turístico, el presidente de la asociación de hostelería de Castellón (Ashotur), Carlos Escorihuela, se reunió esta semana con el delegado del Gobierno para pedir la agilización de los permisos de trabajo a inmigrantes con el fin de cubrir la demanda de empleo de este sector, que entra en breve en temporada alta. La necesidad de mano de obra también existe, aunque en menor medida, en el sector pesquero.

Esta situación, aunque no está tan agudizada, es trasladable a Valencia y Alicante. En la primera, según los datos del paro de marzo, unos 84 municipios tenían tasas de paro inferiores al 6%. Por sectores, el de la agricultura, principalmente en la recolección de cítricos, y el de la construcción son los que más demandan mano de obra.

En Alicante, según fuentes de la Consejería de Empleo, durante los últimos meses se ha producido un incremento de ofertas de empleo en el sector de la industria y en el de servicios, centrado principalmente en las localidades de Jávea, Benissa y Pego.

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La situación en Aragón tiene rasgos similares. Es una de las comunidades españolas con menor tasa de paro masculino. Con 1.183.000 habitantes, una población activa del 50% -entre los inactivos hay un 44% de jubilados- tiene, según la última Encuesta de Población Activa 37.000 desempleados y una tasa del 7,68%, la segunda más baja de España tras Navarra, que respecto a las mujeres aumenta al 13,82%, indica Concha Montserrat.

Con este panorama idílico es difícil, cuando no imposible, encontrar mano de obra en numerosos sectores y el último informe de la Dirección General de Trabajo de Aragón apunta que "la buena marcha del empleo repercute directamente en el aumento de actividad de las empresas, y por tanto aumenta considerablemente la demanda de mano de obra en actividades económicas que tienen un comportamiento más dinámico". Pero no hay brazos para el tajo.

En el sector agrícola, que emplea en Aragón al 10% de la población activa, en las explotaciones dedicadas a la horticultura intensiva, no se encuentran trabajadores. No se trata de que falten obreros cualificados, también se necesitan peones. Las zonas del Valle del Ebro, Cinco Villas o La Franja no encuentran trabajadores. El cupo de inmigrantes, 12.000 la pasada campaña -todos ellos temporeros- dan una idea de la situación en el campo aragonés. En la industria agroalimentaria ocurre lo mismo. La estacionalidad marca la pauta de contratación y la mayoría de la mano de obra es inmigrante.

Aunque faltan trabajadores en casi todos los sectores, los que tienen los problemas más graves son la construcción y la hostelería. En Zaragoza hay 25.000 personas que trabajan en la construcción, 6.000 en Huesca y 3.000 en Teruel, pero haría falta un 10% más para cubrir las necesidades. Los promotores de Zaragoza reconocen que encontrar peones es costoso, pero lo es más encontrar especialistas. En la hostelería la situación es idéntica. Y sucede, además, que los sueldos son un 40% más bajos que en Cataluña o Valencia, de modo que cocineros, camareros de sala y personal de cocina deciden emplearse en la industria y dejar la hostelería para los fines de semana cuando cumplen 30 años.

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