Reportaje:AULAS

23.000 estudiantes abandonan la carrera cada año

Sólo seis de cada diez alumnos que salen de las universidades andaluzas consiguen el título que buscaban

El fracaso escolar no termina en los colegios o institutos. En las nueve universidades andaluzas, alrededor de 23.000 estudiantes abandonaron la carrera en el curso 1997-98 sin conseguir ningún título. A cambio, 36.404 dejaron las facultades con un diploma bajo el brazo: de cada diez alumnos que salen de las universidades, seis alcanzan su objetivo y cuatro se van de vacío. La media española es algo mejor: por cada siete con título, tres salen sin nada. Frente a los casi 60.000 que dejan las aulas de Andalucía, con o sin título, otros 50.000 novatos entran al sistema anualmente.Aunque siempre ...

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El fracaso escolar no termina en los colegios o institutos. En las nueve universidades andaluzas, alrededor de 23.000 estudiantes abandonaron la carrera en el curso 1997-98 sin conseguir ningún título. A cambio, 36.404 dejaron las facultades con un diploma bajo el brazo: de cada diez alumnos que salen de las universidades, seis alcanzan su objetivo y cuatro se van de vacío. La media española es algo mejor: por cada siete con título, tres salen sin nada. Frente a los casi 60.000 que dejan las aulas de Andalucía, con o sin título, otros 50.000 novatos entran al sistema anualmente.Aunque siempre se aprende algo, puede que la experiencia resulte demasiado cara, tanto a las familias que sufragan los estudios como al sistema público; no en vano, el coste medio de una plaza en cualquier facultad andaluza se acerca al medio millón de pesetas. Cifra que, por cierto, no es de las más altas y que supone un 80% de lo que cuesta una plaza de media en España (600.000 pesetas). Sólo Castilla La Mancha y Extremadura gastan menos que Andalucía por estudiante y año.

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El sistema universitario público andaluz tiene más de un cuarto de millón de estudiantes, 254.457 alumnos que estudian en centros oficiales de las nueve universidades, a los que hay que sumar otros 17.000 matriculados en centros adscritos. Esta cifra supone el 20% de la población universitaria nacional (1.254.618 alumnos en 46 universidades públicas presenciales). Las nueve universidades sureñas se reparten a razón de una por provincia, más la sevillana Pablo de Olavide, de reciente creación.

Estas cifras aparecen en el primer gran informe que se hace de la realidad universitaria española, encargado por la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE) a Juan Hernández Armenteros, gerente de la Universidad de Jaén. El estudio se refiere a datos del curso académico 1998-99, excepto en lo relativo a egresados (estudiantes que salen de la universidad con un título bajo el brazo) y abandonos, que se refieren al curso anterior.

Balance

Por universidades, Granada (6.726), Sevilla (6.621) y Málaga (5.268) son los que más abandonos sufren, si bien, en proporción al número de titulados, el porcentaje es mayor en Málaga, donde la relación se invierte con respecto a Andalucía: cuatro consiguen un título mientras seis abandonan la carrera a medias.

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La petición de ayudas al estudio es numerosa; más de 90.000 estudiantes pidieron una beca el curso 98-99; dos terceras partes (60.000)lo consiguieron. A pesar de las transferencias educativas, el reparto de dinero público para subvencionar a los jóvenes sigue procediendo mayoritariamente del Ministerio de Educación y Ciencia, que gastó 16.000 millones de pesetas en ayudas. Eso dio lugar a uno de cada cinco estudiantes matriculados en el sur de España estudie con algún tipo de subvención. La media en Europa es, sin embargo, dos de cada cinco.

El estudio divide las carreras en cinco ramas: sociales y jurídicas (derecho, ciencias económicas y de empresa,periodismo y magisterio); humanidades (filologías, bellas artes, geografía e historia); experimentales (ciencias); técnicas (ingenierías y arquitectura) y ciencias de la salud (medicina, farmacia, enfermería y óptica).

A los jóvenes andaluces les tira, sin duda, el derecho, la empresa y las escuelas: de media, 48 alumnos de cada 100 está matriculado en una facultad de este ámbito, entre 15 y 25 puntos más de media que la siguiente en demanda, la técnica. En Córdoba, sin embargo, las carreras más solicitadas son estas últimas. El campus cordobés está sorprendentemente equilibrado: los estudiantes han elegido matricularse casi por igual en estudios de humanidades, sociales, experimentales y técnicas. Los porcentajes para estas cuatro opciones están en la banda del 20 y el 26%; ciencias de la salud es elegida sólo por un 7%.

El hecho de que exista una universidad por provincia ha hecho que lo que ocurría en los 70 y 80 (concentración masiva de jóvenes en Sevilla y Granada, lo que las convirtió en ciudades universitarias por antonomasia) se haya perdido. El 73% de los jóvenes estudia en su provincia mientras que un 18,35% se mueve a otras zonas de la Comunidad. El resto de alumnos de las aulas de Andalucía son de otras partes de España (7,5%) o extranjero (1%).

Las necesidades del cuarto de millón de estudiantes andaluces las cubre una plantilla de 12.885 profesores y 6.729 personas de administración y servicios. En el caso de quienes ponen las notas, 7.065 son funcionarios frente a los 5.820 contratados. Con esta plantilla, se ofrecen 102 titulaciones distintas, que no son todas las posibles. En España, el catálogo de diplomaturas y licenciaturas oficialmente establecidas es de 136.

Mucha teoría, poca práctica

La teoría es abrumadora en las aulas universitarias andaluzas. Sólo 2.531 estudiantes, apenas un 1% del cuarto de millón de personas que cursan una carrera en la comunidad, compatibilizaron oficialmente las clases en la universidad con la puesta en práctica de sus conocimientos en empresas. Aunque la media nacional tampoco es extraordinaria (3%), algunas autonomías consiguen porcentajes esperanzadores. En las facultades valencianas 11 alumnos de cada 100 confrontaban sus conocimientos teóricos con en el mundo profesional real. Según el estudio realizado por Juan Hernández, de la Universidad de Jaén, uno de los casos más sobresaliente en este aspecto es el de la Universidad Carlos III de Madrid. Allí, en una rama tan aparentemente tan teórica como la de Humanidades, un 43% de los estudiantes realizaba prácticas en empresas.En Andalucía, la Universidad de Córdoba es la que aporta las mejores cifras. 547 jóvenes (3,2%) compartieron teoría y práctica. José Manuel Roldán Nogueras, vicerrector cordobés de estudiantes, reconoce que la sociedad demanda "más barniz empresarial". Sin embargo, justifica el exceso teórico de las facultades en la legislación educativa, que fuerza a que las asignaturas estén repletas de teoría. En cualquier caso, el vicerrector no es partidario de que las prácticas se extiendan a todos los cursos porque entiende que sólo son útiles para quienes estén a punto de acabar la carrera.

Roldán cree que, por supuesto, sería necesario aumentar los convenios con las empresas. Pero también reconoce que ese deseo ha de ser compartido por esas compañías.

Las prácticas suponen un esfuerzo pero, al menos, siempre queda un consuelo a quienes estudian y trabajan; las 25.000 o 30.000 pesetas extras sirven para sacarle más jugo a las noches del fin de semana.

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