LA CRISIS EN EL PAÍS VASCO

Los socialistas se distancian del PP por su insistencia en exigir a Ibarretxe el adelanto de las elecciones

La exigencia sistemática del Gobierno de José María Aznar al lehendakari, Juan José Ibarretxe, de que anticipe las elecciones en Euskadi ha acabado por provocar un distanciamiento en el PSOE de la estrategia gubernamental en el País Vasco. Los socialistas coinciden con el Ejecutivo central en mantener la presión sobre la dirección del PNV para que rectifique, abandone el Pacto de Lizarra y regrese al Estatuto de Gernika. Sin embargo, el PSOE cree que debe darse un margen político a Ibarretxe para que decida, se desmarque de la cúpula peneuvista y recupere el liderazgo social perdido.El portavo...

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La exigencia sistemática del Gobierno de José María Aznar al lehendakari, Juan José Ibarretxe, de que anticipe las elecciones en Euskadi ha acabado por provocar un distanciamiento en el PSOE de la estrategia gubernamental en el País Vasco. Los socialistas coinciden con el Ejecutivo central en mantener la presión sobre la dirección del PNV para que rectifique, abandone el Pacto de Lizarra y regrese al Estatuto de Gernika. Sin embargo, el PSOE cree que debe darse un margen político a Ibarretxe para que decida, se desmarque de la cúpula peneuvista y recupere el liderazgo social perdido.El portavoz del PSOE en la Comisión de Interior del Congreso, Ramón Jáuregui, ha expuesto la posición socialista en una carta pública dirigida a Ibarretxe. Denuncia la impotencia que ha manifestado el Ejecutivo vasco, sustentado por el PNV y EA, tras el asesinato del fundador del Foro Ermua José Luis López de Lacalle; la incapacidad del lehendakari para unir a los partidos democráticos y para convocar a la población en contraste con los actos de protesta organizados por Gesto por la Paz y el Foro Ermua, y el riesgo de que la fractura política entre nacionalistas y no nacionalistas se traslade a la sociedad vasca, con el catalizador de la ofensiva terrorista.

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Jáuregui atribuye el "agravamiento de la situación" y la deslegitimación de Ibarretxe a que su Gobierno está apoyado en dos partidos que pactaron su estrategia con ETA en el verano de 1998. Pero la propuesta de Jáuregui al lehendakari no es la misma que la de Aznar. El pasado viernes, el portavoz del Gobierno, Pío Cabanillas, reiteraba la exigencia a Ibarretxe de anticipar las elecciones dada su "precariedad parlamentaria y su deslegitimación". Jáuregui cree que "la simple convocatoria no es solución. ¿Después qué?", inquiere.

Cierre de filas

A su juicio, no hay que exigir un adelanto electoral porque "lo único que se logra con el acoso al PNV es que cierre filas y no aflore la gran disidencia en sus bases ante la actual estrategia". Jáuregui dice en su carta que a Ibarretxe hay que darle la oportunidad de ejercer como presidente de todos los vascos y se plante ante el PNV, "como hizo su antecesor, José Antonio Ardanza".

En su opinión, Ibarretxe ni va a conseguir una nueva tregua de ETA ni EH va a romper con ETA, pero el lehendakari sí puede ofrecer otra alternativa al adelanto electoral que le exige el PP : la convocatoria de todos los partidos democráticos vascos para reafirmar unos principios básicos ante la ofensiva terrorista. El objetivo debería ser privar de legitimación a quienes apoyan a ETA fijando el principio democrático de que "no hay ningún problema político que justifique matar sino que el problema político es que matan".

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El PSOE es escéptico sobre la respuesta del lehendakari a esta carta, pero tampoco cree que la convocatoria anticipada solucione el problema porque "es casi imposible constituir un Gobierno [vasco] sólo de partidos no nacionalistas". La solución que propone es que el PNV se alíe con los partidos democráticos.

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