Entrevista:FERIA DE ABRILALEJANDRO ERAZO / TRANSPORTISTA

"No se habla de distribución de la riqueza"

Alejandro Erazo (Santiago de Chile, 1956) llegó a Barcelona en 1988. Es transportista y presidente de Associació de Suport a les Organitzacions Populars Xilenes.Pregunta. ¿Por qué decidió venir a esta ciudad?

Respuesta. En Chile tenía problemas políticos que se tradujeron en amenazas de muerte y problemas laborales. Decidí exiliarme. Elegí España por acercamiento cultural y Cataluña porque había trabajo y colectivos latinoamericanos de gran fuerza, de manera que podría seguir colaborando por Chile.

P. ¿Qué le llamó la atención en su nueva sociedad?

R. Primero, la libertad ...

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Alejandro Erazo (Santiago de Chile, 1956) llegó a Barcelona en 1988. Es transportista y presidente de Associació de Suport a les Organitzacions Populars Xilenes.Pregunta. ¿Por qué decidió venir a esta ciudad?

Respuesta. En Chile tenía problemas políticos que se tradujeron en amenazas de muerte y problemas laborales. Decidí exiliarme. Elegí España por acercamiento cultural y Cataluña porque había trabajo y colectivos latinoamericanos de gran fuerza, de manera que podría seguir colaborando por Chile.

P. ¿Qué le llamó la atención en su nueva sociedad?

R. Primero, la libertad de desplazamiento de que aquí disponíamos. Segundo, la libertad en los medios de comunicación. Tercero, la información sobre otros países que entonces se daba en la tele.

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P. ¿Cómo es el aterrizaje en una nueva sociedad?

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R. Yo y mi compañera trabajábamos en la economía sumergida, pero me llamó la atención que el trabajo aquí era respetado por encima de la situación social que se desempeña. Así, hice de butanero en el Eixample y vi que aquí se respetaba un trabajo que en Chile hubiera sido marginal. Vinimos con 100 dólares. Vivíamos en una pensión. El dinero que sacábamos era para pagar la pensión. En una manifestación contra Pinochet conocimos a un catalán que nos facilitó alquilar un piso. Su mujer nos dejó dinero para la fianza, que luego devolvimos.

P. Ese clima de acogida que usted vivió, ¿aún existe?

R. No. Los chilenos tuvimos suerte. Había un espacio solidario que nos abrió puertas. Ahora esas situaciones se dan aisladas. Lo que quizá es necesario en este momento es una política de emigración. No se puede acoger emigración sin una buena Ley de Emigración. Yo, al respecto, estoy asustado con las últimas declaraciones de [el presidente del Gobierno, José María] Aznar. La chapuza, tanta gente indocumentada, genera conflictos.

P. ¿Cuando llegó percibió el sustrato de una emigración anterior?

R. Se diferenciaban dos grupos. Los catalanes y la gente de la emigración. En la economía sumergida toca trabajar para la sociedad catalana pura y dura. Mi mujer fue chacha de una familia muy catalana. Siempre tuvimos problemas con la regulación en la Seguridad Social. El crecimiento de este país ha estado vinculado a una supraexplotación de emigración interior y, luego, exterior. ¿La lengua como diferenciación social de esos dos grupos? Es una diferenciación banal. En general, quien es catalán tiene una situación más holgada que quien no es de este origen.

P. ¿Es una diferenciación dramática?

R. No, preocupante. En Cataluña se habla mucho de igualdad. De sexos, de razas. Pero nadie habla de una distribución de la riqueza. En Cataluña gobierna una derecha nacionalista. No creo que se preocupe mucho por los intereses de la totalidad de la sociedad catalana. Eso se percibe, por ejemplo, en una despreocupación del empresariado en normalizar al emigrante. Sí, también pasa en El Ejido, pero en Cataluña hay un discurso igualitarista que allí no hay. Aquí se acepta el criterio de la discriminación solamente cuando afecta a la sociedad que te recibe. Nosotros aceptamos el desafío de vivir en Cataluña y hablar en catalán, como en Francia hablaríamos en francés. El emigrante siempre quiere integrarse. Las colas ante la Delegación del Gobierno lo demuestran. La solución al problema de la emigración es tener opciones de normalizarse. El asunto del trabajo es el más importante. La emigración tiene un componente económico. La gente viene aquí para tener un buen nivel de vida, y a quedarse, a ser parte de la sociedad. Mis hijos, por ejemplo, se aburren cuando les hablo de Chile. Son de aquí.

P. ¿Percibe en esta sociedad los muebles para acoger una nueva ola de emigración masiva?

R. Hay una buena predisposición en las administraciones local y autonómica. No quieren problemas. Es normal. Antes veías emigrantes en la plaza Reial. Ahora los ves en el supermercado.

Susanna Saez

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