El rey de Jordania pide "tierras a cambio de paz" en su visita a Israel

El rey Abdalá II de Jordania realizó ayer su primera visita oficial a Israel desde que accedió al trono hace 14 meses y se entrevistó con el jefe del Gobierno israelí, Ehud Barak, con quien dialogó sobre el tortuoso proceso de paz en Oriente Próximo. El rey dijo que el diálogo debe seguir guiándose por el principio de "tierras a cambio de paz", que fue el motor de la Conferencia de Madrid, que en 1991 dio el punto de partida al proceso de paz.

La visita de Abdalá, que duró cuatro horas, tuvo lugar en la ciudad costera israelí de Eilat -en el sur del país y sobre el mar Rojo-, adonde el ...

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El rey Abdalá II de Jordania realizó ayer su primera visita oficial a Israel desde que accedió al trono hace 14 meses y se entrevistó con el jefe del Gobierno israelí, Ehud Barak, con quien dialogó sobre el tortuoso proceso de paz en Oriente Próximo. El rey dijo que el diálogo debe seguir guiándose por el principio de "tierras a cambio de paz", que fue el motor de la Conferencia de Madrid, que en 1991 dio el punto de partida al proceso de paz.

La visita de Abdalá, que duró cuatro horas, tuvo lugar en la ciudad costera israelí de Eilat -en el sur del país y sobre el mar Rojo-, adonde el monarca jordano llegó en compañía de su esposa Rania. Abdalá dijo, en el discurso que pronunció en el acto de recepción en una base de la fuerza naval israelí en Eilat, que "es necesario estudiar todas las posibilidades de eliminar los obstáculos que dificultan el proceso de paz". El monarca expresó su esperanza de que a lo largo de este año haya un vuelco importante en el proceso de paz (en alusión a un eventual tratado definitivo de paz palestino-israelí) y de que se reanuden asimismo las conversaciones de Israel con Siria y Líbano.Por su parte, Barak afirmó que "los líderes de la zona tienen que crear una infraestructura sólida para que también haya paz entre los pueblos". Barak añadió que es necesario que otros pueblos de la zona se beneficien del proceso de paz. Israel firmó un tratado de paz con Egipto en 1979 y con Jordania en 1994. Tanto Abdalá como Barak alabaron en sus respectivos discursos al fallecido rey Hussein -a quien el primero sucedió tras su muerte en febrero de 1999-, y destacaron su legado de paz.

En Israel se oyeron quejas por el hecho de que el rey Abdalá II de Jordania tardara tanto tiempo en visitar el Estado judío en su calidad de monarca -lo hizo en el pasado como oficial del Ejército de su país-, lo que se debió a las dificultades en el proceso de paz de los israelíes con los palestinos y con los sirios.

Esas quejas fueron rechazadas ayer de forma tajante por Barak, que dijo que "no se puede vivir con un cronómetro en la mano".

Tras la recepción oficial a los reyes de Jordania, Abdalá y Barak dialogaron a solas en un hotel de Eilat, y simultáneamente celebraron una reunión de trabajo los ministros que acompañaban a ambos gobernantes. Pero el primer ministro jordano, Abdel Rauf Rauabde, se quejó en la reunión de Eilat por el hecho de que la mayoría de los proyectos económicos conjuntos entre su país e Israel no se ponen en marcha, en particular los relativos al agua y al comercio. Barak afirmó que "la visita fue importante y fructífera, y servirá para estrechar las relaciones entre ambos países".

Casi al mismo tiempo, el ministro israelí para asuntos de Jerusalén, Haim Ramón, decía en esta ciudad que será imposible alcanzar un tratado de paz global con los palestinos. Ramón, adjunto a la Oficina del Primer Ministro de Israel, agregó que ello obedece al problema de Jerusalén. "Es posible solucionar la mayoría de los problemas en las negociaciones con los palestinos, pero no se podrá alcanzar un acuerdo global porque ninguna de las dos partes está dispuesta a hacer concesiones en lo que respecta a Jerusalén", opinó el ministro israelí en declaraciones que hizo a la prensa.

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[Precisamente, en una entrevista concedida a la televisión israelí, Abdalá II declaró: "En el plano político, creo que en Jerusalén hay bastante lugar para una capital israelí y una palestina. En el plano religioso, Jerusalén debería ser una ciudad para todos", informa France Presse].

Ramón propuso a los palestinos lo que calificó de "solución de compromiso razonable y justa", que consiste en que un 70% de Cisjordania pase a formar parte del futuro Estado palestino soberano, un 10% -en el que vive la mayoría de los colonos judíos- se anexionaría a Israel y el resto sería "una zona gris" cuyo futuro se determinará dentro de algunos años.

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