CRÓNICA EN VERDE.

Sobrevivir en el Guadiamar

El examen de la fauna piscícola del Guadiamar ha puesto de manifiesto, según el último informe del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), "la gran capacidad de los peces para colonizar áreas severamente degradadas, al menos una vez que la calidad del agua ha mejorado".Si estos animales llegaron a desaparecer por completo de este cauce, seis meses después de la rotura de la presa ya se habían localizado varios ejemplares de diversas especies, y en los muestreos más recientes se ha constatado la presencia de 14 especies pertenecientes a seis familias. Sin embargo, los ictiólogos...

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El examen de la fauna piscícola del Guadiamar ha puesto de manifiesto, según el último informe del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), "la gran capacidad de los peces para colonizar áreas severamente degradadas, al menos una vez que la calidad del agua ha mejorado".Si estos animales llegaron a desaparecer por completo de este cauce, seis meses después de la rotura de la presa ya se habían localizado varios ejemplares de diversas especies, y en los muestreos más recientes se ha constatado la presencia de 14 especies pertenecientes a seis familias. Sin embargo, los ictiólogos advierten de que "la abundancia de especies y ejemplares es todavía significativamente menor en el área afectada por el vertido que en las zonas de cabecera".

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En definitiva, y aunque parece que se ha iniciado el proceso de recolonización, la riqueza de especies y, sobre todo, la abundancia de individuos a lo largo del río y la marisma continúan siendo sustancialmente bajos.

En contra de lo que pudiera pensarse a la vista de estos datos, la toxicidad de las aguas de este cauce continúa siendo elevada en algunos puntos, sobre todo en aquellos situados en las proximidades de la balsa siniestrada. Los especialistas han utilizado larvas de insectos acuáticos como bioindicadores, exponiéndolas a muestras tomadas en diferentes zonas.

Si se trataba de agua recogida en los tramos que no se vieron afectados por el vertido, las larvas mostraban un crecimiento y mortalidad normales. Sin embargo, las larvas expuestas a las aguas del Agrio y el Guadiamar, en las inmediaciones de la mina, presentaban tasas de mortalidad de hasta un 90% y una clara inhibición de su crecimiento. Por otro lado, animales como el cangrejo rojo siguen escaseando.

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