Santana cerrará el ejercicio de 1999 sin la ampliación de capital prevista
El Consejo de Administración de Santana se reunirá mañana para cerrar las cuentas de 1999 sin que se haya podido producir la ampliación de capital prevista por la dirección y por el Ejecutivo andaluz, propietario de la factoría automovilística a través del Instituto de Fomento de Andalucía. Los miembros del consejo, entre los que se sientan representantes de Comisiones Obreras y de UGT, tienen previsto en el orden del día el debate sobre esa ampliación de capital de 3.893 millones de pesetas, pero tendrá que dejarse sobre la mesa debido a que la Unión Europea todavía no se ha pronunciado sobre...
El Consejo de Administración de Santana se reunirá mañana para cerrar las cuentas de 1999 sin que se haya podido producir la ampliación de capital prevista por la dirección y por el Ejecutivo andaluz, propietario de la factoría automovilística a través del Instituto de Fomento de Andalucía. Los miembros del consejo, entre los que se sientan representantes de Comisiones Obreras y de UGT, tienen previsto en el orden del día el debate sobre esa ampliación de capital de 3.893 millones de pesetas, pero tendrá que dejarse sobre la mesa debido a que la Unión Europea todavía no se ha pronunciado sobre este punto. Bruselas ha reclamado más información y el proceso queda pendiente.
La dirección retrasó hasta finales de marzo la convocatoria del consejo de administración que analice el balance del ejercicio anterior esperando poder ofrecer buenas noticias de la UE. Sin embargo, los balances ya no podrán registrarla como mínimo hasta el ejercicio de 2000 suponiendo que la resolución fuese favorable.
200 millones de pérdidas
El orden del día incluye también un informe de la situación económica de la empresa automovilística. El consejero de Trabajo e Industria, Guillermo Gutiérrez, ha cifrado en 200 millones las pérdidas de Santana en 1999.
Como punto favorable la dirección expondrá la recalificación de terrenos aprobada por el Ayuntamiento de Linares, que ha supuesto un balón de oxígeno para poder tener un aval ante las entidades financieras con el que solicitar préstamos que rondan los 1.000 millones de pesetas.