Clinton inicia su gira asiática en una India dividida ante su política

Bill Clinton, acompañado por su hija y su suegra, inició ayer la primera visita de un presidente de EEUU a la India en 22 años. A su llegada encontró algunas calles engalanadas con la bandera de su país y otras cerradas por temor a nuevas protestas de quienes interpretan su visita como un síntoma del imperialismo occidental y el colonialismo económico. Mientras los activistas quemaban una efigie de Clinton, los tibetanos también salieron a la calle para reclamar atención hacia sus reivindicaciones.

Horas antes de la llegada del presidente estadounidense, una bomba colocada en un autobús...

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Bill Clinton, acompañado por su hija y su suegra, inició ayer la primera visita de un presidente de EEUU a la India en 22 años. A su llegada encontró algunas calles engalanadas con la bandera de su país y otras cerradas por temor a nuevas protestas de quienes interpretan su visita como un síntoma del imperialismo occidental y el colonialismo económico. Mientras los activistas quemaban una efigie de Clinton, los tibetanos también salieron a la calle para reclamar atención hacia sus reivindicaciones.

Horas antes de la llegada del presidente estadounidense, una bomba colocada en un autobús causó 16 heridos en la localidad de Agra, donde se encuentra el Taj Mahal, que el mandatario estadounidense tiene previsto visitar. Además de visitar hoy Bangladesh, la gira asiática de Clinton incluye una parada problemática en Pakistán, enfrentado a la India por la región de Cachemira. La Casa Blanca no esconde que con este viaje, al margen de los suculentos intereses comerciales, el Gobierno estadounidense tratará de rebajar la tensión entre estos países de conocido poderío nuclear.

Muchas calles de Nueva Delhi quedaron cerradas al tráfico poco antes de que Clinton pisara el suelo de la India acompañado por su hija, Chelsea, y su suegra, Dorothy Rodham; Hillary ha escogido quedarse en Nueva York para no perder el tren de su campaña electoral, lo que en último término puede ser otro error político si la comunidad india neoyorquina lo interpreta como una ofensa.

Varios centenares de activistas se manifestaron horas antes de que aterrizase el Air Force One para protestar contra una visita que tildan de imperialista. El Movimiento Salvar la Libertad quemó una efigie del presidente estadounidense bajo gritos de "¡Muerte a Bill Clinton. Muerte al imperialismo de las multinacionales!".

Apoyo mayoritario

En realidad, la mayoría de los grupos sociales y políticos han mostrado su apoyo a un viaje que tiene un alto valor comercial; el viernes Clinton se reunirá en Hyderabad con representantes de compañías tecnológicas y visitará Jaipur, un lugar que se está convirtiendo en la base de operaciones asiáticas de algunas importantes empresas informáticas de EEUU.

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Clinton es el primer presidente de EEUU que visita la India -la democracia más poblada del mundo- en 22 años, el primero que visita Pakistán en 31 años y el primero que visita Bangladesh, que se independizó de Pakistán hace casi 30 años. La India mantuvo vínculos cercanos a la antigua Unión Soviética durante los peores años de la guerra fría. Las reivindicaciones de la India y Pakistán sobre Cachemira han originado dos de las tres guerras que han mantenido estos países desde que se independizaron de Gran Bretaña en 1947.

Antes de salir, Clinton hizo una tímida referencia a la India y Pakistán por un enfrentamiento que está amparado en la amenaza de sendos arsenales nucleares. "Nuestro punto de vista", dijo Clinton con tono de obviedad, "es que un futuro nuclear es un futuro peligroso para ellos y para el resto del mundo".

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