EL "CASO PINOCHET"

La vieja guardia laborista critica la opción tomada por Straw

Jack Straw era un melenudo en los años setenta que encabezó manifestaciones contra la dictadura de Pinochet junto con sus actuales compañeros en el poder. De esta manera, el primer ministro británico Tony Blair describió a Pinochet hace dos meses en la convención de los laboristas como algo inenarrable. Por su parte, Peter Mandelson, el brazo derecho de Blair, dijo sin ambages que la presencia de Pinochet "revolvía las tripas de los británicos". Y eso es lo que irrita ahora enormemente a la vieja guardia del laborismo, confrontada con el neolaborismo de Tony Blair.La actriz Glenda Jackson y Ke...

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Jack Straw era un melenudo en los años setenta que encabezó manifestaciones contra la dictadura de Pinochet junto con sus actuales compañeros en el poder. De esta manera, el primer ministro británico Tony Blair describió a Pinochet hace dos meses en la convención de los laboristas como algo inenarrable. Por su parte, Peter Mandelson, el brazo derecho de Blair, dijo sin ambages que la presencia de Pinochet "revolvía las tripas de los británicos". Y eso es lo que irrita ahora enormemente a la vieja guardia del laborismo, confrontada con el neolaborismo de Tony Blair.La actriz Glenda Jackson y Ken Livingstone, el hombre más popular de cara a las elecciones municipales, que en mayo deberán decidir quién controla Londres, saltaron a la vanguardia de una jauría de críticos contra Straw y Blair por el tupido telón que quieren arrojar sobre el caso Pinochet.

Pero, más adentro, entre las vísceras mismas del laborismo, lo que había anoche era una sensación de engaño. Una sensación que magnificó el tamaño de la brecha que divide al laborismo de siempre y al neolaborismo del Gobierno de Blair. Jackson y Livingstone tomaron la iniciativa para tildar a los dirigentes de su partido como símbolos de la pusilanimidad.

Mientras tanto, el ministro del Interior británico sonreía ayer ante las cámaras, pero se abstuvo de decir qué hecho en particular fue el que permitió su metamorfosis. Pasar de militante izquierdista y hombre dispuesto a defender a Salvador Allende ante el asalto de la cruenta ultraderecha militar que en 1973 permitió a Pinochet instalar una de las dictaduras contemporáneas más implacables a dejar en libertad al ex dictador y mandarle a casa. Straw fue fotografiado durante todo el día de ayer con un gesto que expresaba que lo que había hecho era lo justo.

Sin embargo, Straw no pestañeó cuando dijo hace dos días que el informe médico "independiente" daba la razón a los esfuerzos de la derecha chilena para poner a Pinochet en un avión militar de vuelta a Santiago.

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