Editorial:

Seis años de reducción

Los años noventa se han cerrado con las cifras de paro registrado más bajas desde hace dos décadas, tanto en términos absolutos (1.613.750 personas inscritas en las listas del Inen) como porcentuales (9,78%). Aunque es normal que el Gobierno quiera sacar partido de estos buenos resultados, el triunfalismo está de más. Calificar estos tres años y medio como la "legislatura del empleo", tal como ha hecho el PP nada más publicar los datos, significa ignorar varios hechos relevantes: que esta tendencia se inició ya en 1994 y que, a pesar de todo, España se mantiene a la cabeza de los países de la ...

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Los años noventa se han cerrado con las cifras de paro registrado más bajas desde hace dos décadas, tanto en términos absolutos (1.613.750 personas inscritas en las listas del Inen) como porcentuales (9,78%). Aunque es normal que el Gobierno quiera sacar partido de estos buenos resultados, el triunfalismo está de más. Calificar estos tres años y medio como la "legislatura del empleo", tal como ha hecho el PP nada más publicar los datos, significa ignorar varios hechos relevantes: que esta tendencia se inició ya en 1994 y que, a pesar de todo, España se mantiene a la cabeza de los países de la zona euro por este índice. La mejora global encierra otros aspectos sumamente preocupantes, como una tasa de paro femenina del 15,74%, que dobla a la masculina. El ejercicio acabó con 942.774 mujeres inscritas en las listas de demandantes de empleo, frente a 670.976 hombres.Aunque habrá que esperar a los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) para una radiografía más completa, en 1999, el comportamiento del mercado de trabajo ha sido favorable. Pero menos que el año anterior. Diciembre es un mes en el que habitualmente se reduce el desempleo, pero el número de parados se ha reducido en esta ocasión en una cuantía inferior a la media del mismo mes de los últimos cinco años. Ahora bien, aunque en el año que ha terminado no haya conseguido los excepcionales registros de 1998, el mejor de la década para el empleo, los resultados no son desdeñables: una reducción del paro en 172.000 personas y una tasa de desempleo de 1,1 puntos por debajo de la que teníamos 12 meses atrás.

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Hecho destacable es que la contratación fija ha aumentado a un ritmo superior al 20%. En el otro lado de la balanza hay que seguir señalando que los cambios de legislación que se han aprobado para impulsar los contratos estables, éstos siguen representando apenas un 10% del total. Ello pone de relieve una vez más que el mercado de trabajo español mantiene unas elevadas tasas de temporalidad que generan múltiples distorsiones. Hasta un 60% de los contratos temporales realizados en 1999 tuvieron una duración inferior al mes. El ministro de Trabajo, Manuel Pimentel, afirmó ayer que en el año 2000 será "más fácil" crear empleo. De momento, y pese a que España sea, con Irlanda, el país de la UE que más empleo está creando, no se termina de ver que el crecimiento económico tenga una traducción equivalente en términos de creación de empleo. Está bien congratularse de los avances, pero el paro sigue siendo un problema grave que exigirá recetas adicionales en la próxima legislatura.

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