Tribuna

La corrección bursátil a comienzos del nuevo año

Los mercados bursátiles han iniciado el año 2000 con severos recortes que han resultado tanto más llamativos por la absoluta ausencia de datos o indicadores que hayan podido alterar las expectativas de las semanas anteriores. El argumento de posibles subidas de tipos de interés en Estados Unidos y Europa no es nuevo. De hecho, alguna revisión al alza en los tipos de interés de interés, que hubiera estado más que justificada en los últimos meses de 1999, se pospuso a este año por las cautelas ante el llamado efecto 2000.Las principales áreas económicas -Estados Unidos, Europa Occidental y Japón...

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Los mercados bursátiles han iniciado el año 2000 con severos recortes que han resultado tanto más llamativos por la absoluta ausencia de datos o indicadores que hayan podido alterar las expectativas de las semanas anteriores. El argumento de posibles subidas de tipos de interés en Estados Unidos y Europa no es nuevo. De hecho, alguna revisión al alza en los tipos de interés de interés, que hubiera estado más que justificada en los últimos meses de 1999, se pospuso a este año por las cautelas ante el llamado efecto 2000.Las principales áreas económicas -Estados Unidos, Europa Occidental y Japón- coinciden en perfilar expectativas de crecimiento económico en torno al 3% del producto interior bruto (PIB) para este año, que se verán acompañadas por un tono igualmente favorable en las económicas emergentes, especialmente en el sureste asiático. En este escenario, el fantasma de la inflación planeará en los próximos comités de política económica de los bancos centrales, y el objetivo de crecimiento sostenido con estabilidad en los precios aconseja templar la demanda de bienes y servicios con subidas en los tipos de interés.

El próximo día 12 de enero el Banco de Inglaterra decidirá, muy probablemente, elevar un cuarto de punto su tipo de referencia, y un movimiento similar se espera de la Reserva Federal [banco central] estadounidense en los primeros días de febrero. En la zona euro, la expansión de la oferta monetaria, la reducción del desempleo en Francia, y las expectativas de crecimiento en Italia permiten anticipar la segunda subida de tipos de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE) desde la introducción de la moneda única hace poco más de un año.

Los mercados de renta fija han anticipado estos movimientos y el pasado diciembre se registraron caídas en los precios de la deuda pública que fueron ignoradas en los mercados bursátiles. La rentabilidad del bono alemán a diez años se incrementó del 4,97% el diez de diciembre al 5,35% al final de año. En este mismo período de subidas de los tipos de interés a largo plazo en toda la zona euro, el índice Dax de la Bolsa de Francfort subía un 11%, y el índice CAC de París 9%. Un dato que creemos que también ha colaborado a la actual corrección en la renta variable es el reducido volumen de negocio con el que se produjeron las subidas en las bolsas internacionales en las últimas jornadas del año 1999. Las ganancias en precio con una base de transacciones poco profunda son muy vulnerables a las realizaciones de beneficios. Además para los inversores particulares, las ventas de acciones en estos días, en lugar de hace una semana, ha permitido demorar al máximo la carga fiscal sobre las plusvalías.

La ausencia de datos o indicadores que hayan alterado siquiera mínimamente el escenario macroeconómico de un mes atrás nos lleva a considerar la actual corrección bursátil como un movimiento que, aun dentro de su intensidad, forma parte de la dinámica del mercado. Las importantes subidas registradas en el último trimestre de 1999 -el 35% en la bolsa de Francfort, el 29% en París, el 48% en el índice Nasdaq estadounidense, el 22% en el Ibex35- permiten relativizar las caídas registradas en las principales plazas bursátiles en los primeros días de este año 2000.

Para contrarrestar el efecto bajista de las próximas subidas de tipos de interés, las perspectivas bursátiles globales para el año en curso cuentan a su favor el crecimiento económico mundial y las ganancias en productividad. Al margen de los valores tecnológicos, cuyos cotizaciones sobrepasan las metodologías convencionales de valoración, la renta variable tiene ante sí un ejercicio en el que la amenaza de un crash bursátil no parece especialmente grave. El aterrizaje suave de los mercados bursátiles hacia rentabilidades sostenibles nunca es sencillo ni fácil de digerir por los inversores, pero en cualquier caso, la trayectoria de las principales bolsas en el largo plazo ha confirmado que es en los momentos de correcciones a la baja cuando se debe hacer cartera.

Arturo Rojas es socio-director en Analistas Financieros Internacionales

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