Un tono de secreto

La audición de unas cintas marcaron el inicio de la sesión de ayer. Se trata de unas conversaciones telefónicas entre el general Enrique Rodríguez Galindo y el que fue su subordinado Enrique Dorado Villalobos.En ellas, Galindo informaba a Dorado de que había hecho gestiones ante el ministro de Defensa para que retrasasen el expediente de expulsión de Dorado de la Guardia Civil ...

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La audición de unas cintas marcaron el inicio de la sesión de ayer. Se trata de unas conversaciones telefónicas entre el general Enrique Rodríguez Galindo y el que fue su subordinado Enrique Dorado Villalobos.En ellas, Galindo informaba a Dorado de que había hecho gestiones ante el ministro de Defensa para que retrasasen el expediente de expulsión de Dorado de la Guardia Civil [Había sido condenado por torturar a Joaquín Olano, presunto miembro de ETA, y por robar en un comercio de ropa en Irún] y, sobre todo, para que le concedieran una pensión del 200% del sueldo por invalidez. El general cuenta que ya disponía del "papelito" con la firma del ministro, que avalaba la concesión de la pensión.

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Galindo advertía también a Dorado de que iba a ser interrogado por "órdenes de arriba" y al respecto dice: "No hay que perder de vista aquello que me dijiste".

Las cintas desprenden un tono de secretismo y de precaución ante eventuales escuchas. De ninguna de las frases parece que puedan deducirse imputaciones delictivas, sino todo lo más, irregularidades administrativas. Galindo no reconoció su voz, pero dijo que siempre que ha podido ha echado una mano a sus hombres.

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