Maniobras parlamentarias

Tras la renuncia del PP a vetar en el Senado la Ley de Extranjería, sólo hay una posibilidad de que la reforma no entre en vigor en esta legislatura: evitar que se debata en el pleno del Congreso del próximo 23 de diciembre, último de esta legislatura. Pero ello no será fácil, según fuentes de la oposición, sin recurrir a maniobras de verdadero "filibusterismo parlamentario". El orden del día del pleno del día 23, en el que se aprobarán también los Presupuestos del 2000, debe fijarse en la reunión de la Junta de Portavoces del Congreso del día 14. Formalmente, el PP podría evitar entonces qu...

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Tras la renuncia del PP a vetar en el Senado la Ley de Extranjería, sólo hay una posibilidad de que la reforma no entre en vigor en esta legislatura: evitar que se debata en el pleno del Congreso del próximo 23 de diciembre, último de esta legislatura. Pero ello no será fácil, según fuentes de la oposición, sin recurrir a maniobras de verdadero "filibusterismo parlamentario". El orden del día del pleno del día 23, en el que se aprobarán también los Presupuestos del 2000, debe fijarse en la reunión de la Junta de Portavoces del Congreso del día 14. Formalmente, el PP podría evitar entonces que se incluyese la Ley de Extranjería, alegando que aún no ha sido ratificada por el Senado, lo que ocurrirá esa misma semana. Conseguido dicho objetivo, hay una norma no escrita según la cual un orden del día ya fijado sólo puede modificarse por unanimidad de la Junta de Portavoces, por lo que bastaría la oposición del PP para impedirlo.

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Todo esto, según las mismas fuentes, es más teórico que real, pues es costumbre dejar hueco en el orden del día de los plenos para los proyectos que previsiblemente van a estar de vuelta del Senado a la semana siguiente. Además, ante esta maniobra, la oposición en bloque podría forzar una votación del pleno para modificar su orden del día, lo que permite el reglamento del Congreso.

Si quiere impedirlo, el PP necesitará a CiU. Lo mismo que para modificar el proyecto. Y al Grupo Catalán, al que le preocupa aparecer ante la opinión pública como único aliado del PP para modificar un texto que suscitó el apoyo unánime del Congreso, le resultaría aún más complicado darle su apoyo para zanjarlo.

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