Reportaje:

Antonio Fernández, el amigo millonario de Fraga

El empresario que recibió 740 millones de las cuentas suizas de De la Rosa afirma que era dinero negro suyo. Otros dicen que financió al PP de León

El chófer uniformado se sienta atrás y el pasajero, trajeado y con pajarita, toma el volante del Mercedes y conduce a la velocidad del rayo por las interminables rectas del viejo reino de Castilla y León. Los que se cruzan en su camino desconocen quién es este hombre pintoresco que a sus 70 años pasea a su chófer para quitarse el gusanillo de la carretera, una de sus mayores pasiones.Antonio Fernández Díez ha logrado algo realmente difícil: ser multimillonario y pasar inadvertido en cualquier sitio, incluso en León, su ciudad natal. Es el conocido más desconocido de esta ciudad de 142.000 habi...

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El chófer uniformado se sienta atrás y el pasajero, trajeado y con pajarita, toma el volante del Mercedes y conduce a la velocidad del rayo por las interminables rectas del viejo reino de Castilla y León. Los que se cruzan en su camino desconocen quién es este hombre pintoresco que a sus 70 años pasea a su chófer para quitarse el gusanillo de la carretera, una de sus mayores pasiones.Antonio Fernández Díez ha logrado algo realmente difícil: ser multimillonario y pasar inadvertido en cualquier sitio, incluso en León, su ciudad natal. Es el conocido más desconocido de esta ciudad de 142.000 habitantes donde todo el mundo se conoce y en la que Martiniano, su padre, consiguió crear Autobuses de León, una de las primeras empresas de transporte del norte de España.

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Pero el aparente sosiego de este soltero impenitente acaba de quebrarlo una comisión rogatoria (ayuda judicial) que ha hurgado en las cuentas suizas de Javier de la Rosa. De su examen se desprende que Antonio Fernández Díez recibió en su cuenta helvética 4,5 millones de dólares (unos 740 millones de pesetas al cambio actual) del financiero catalán y ex representante de KIO en España. De la Rosa aseguró en 1997 que los pagos a las cuentas del empresario leonés habían servido para financiar al PP.

El pasado jueves, Fernández se sentó como testigo ante la juez de la Audiencia Nacional Teresa Palacio, instructora del caso Torras, y se levantó como imputado. El empresario leonés negó cualquier relación con De la Rosa o con el PP, y aseguró que los 740 millones que transitaron por su cuenta suiza son dinero negro de su propiedad que él tenía en España y de cuyo traslado al país helvético encargó a dos ejecutivos del Chase Manhattan Bank. Los letrados del Grupo Torras le acusan de apropiación indebida y piden que devuelva el dinero.

El PP de León ha hecho pública una nota en la que asegura que Fernández no ha mantenido ninguna relación "política o social" con esa formación. Otros dirigentes del partido, como Manuel Fraga, presidente de la Xunta de Galicia, admiten, sin embargo, haber tenido una relación personal con el empresario.

Fraga, cuya esposa era natural de León, no reniega de su amistad con Antonio Fernández, y la define así: "Somos buenos amigos desde hace unos doce años. Me lo presentó un hermano de Fernando Suárez, ex alcalde de León. Nos vemos una vez al año para cazar un venado. Nunca hablamos de política, economía o asuntos privados. Sólo hablamos de caza".

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Las relaciones entre el presidente de la Xunta y el empresario leonés son muy estrechas. A ambos les une la pasión desmedida por la caza mayor, una afición que a veces forja amistades y fidelidades inquebrantables. Desde 1987, Antonio Fernández invita a Fraga a su finca La Mata del Moral, en Villomar, a unos cincuenta kilómetros de León. Y el dirigente popular acude puntualmente a la cita con su amigo y con los venados que se crían en un campo espléndido plagado de encinas.

La negativa del PP leonés a cualquier relación con el amigo de Fraga ha levantado ampollas y provocado la "indignación" de algunos testigos de los encuentros entre Fernández, el presidente de la Xunta y Aznar cuando este último presidía la Junta de Castilla y León, hasta septiembre de 1989.

Rosa Carballo, esposa de Miguel Pérez Villar, ex consejero de Economía del Gobierno castellano-leonés, ha relatado la cena a la que asistió en noviembre de 1988 en la finca de Fernández. Allí estaban sentados a la misma mesa Manuel Fraga y uno de sus hijos, el matrimonio Aznar y los Pérez Villar. Presidía el empresario leonés, una vez más, con una de sus pajaritas. Tras las viandas, una larga tertulia y paseo por el pabellón de caza donde Fernández exhibe los trofeos de animales abatidos al rececho por medio mundo. En aquellas fechas Fraga era presidente del PP.

Hoy, los Aznar están en La Moncloa y los Pérez Villar fuera de la política. El que fuera hombre fuerte de Aznar fue condenado en 1995 por prevaricación.

Fuentes próximas al hoy presidente del Gobierno reconocen que éste y Fernández han coincidido "en cenas y comidas", pero aseguran que no existe "trato de amistad entre ambos". El enlace del presidente y el empresario que recibió 740 millones de De la Rosa fue Pérez Villar, con el que Fernández tenía relación.

Un ex dirigente del PP leonés que ocupó un destacado cargo institucional es rotundo en su afirmación: "Fernández nos ayudó en las campañas municipales. Está relacionado con el partido desde los tiempos de Alianza Popular. Todo el mundo lo sabe. Otra cosa es que ahora les convenga negarlo".

Fernández estudió en el colegio de los Agustinos de León y se trasladó a Madrid para estudiar la carrera de ingeniero industrial. Cuando murió su padre se hizo cargo de la empresa junto a su único hermano, pero éste falleció y él asumió la gestión del negocio. Una dirección basada en la reinversión de los beneficios y en la construcción de sus propios vehículos. Fue pionero en la utilización del aluminio. Sus autobuses, que unían Valladolid y León con Madrid, parecían acorazados.

En 1995 su empresa tenía una flota de 142 vehículos y una plantilla de 150 personas. Facturaba mil millones de pesetas y obtenía pingües beneficios. Pero ese mismo año Fernández aceptó una oferta de Alsa y vendió la empresa por 4.800 millones de pesetas.

Las relaciones de Fernández con la Junta de Castilla y León y con el Ayuntamiento de León, ambos controlados por el PP, han sido dispares. De la Junta, el empresario obtuvo, cuando la presidía Jesús Posada, actual ministro de Agricultura, la explotación de la estación de autobuses de León en un concurso en el que su competidor ofrecía condiciones más favorables. Así lo estimó una sentencia del Tribunal Superior de Justicia castellano-leonés, que dio la razón a Bernardino de Prado, el otro concursante, y anuló la concesión. Fernández le resarció con una indemnización millonaria y continuó con el negocio.

Por el contrario, el Ayuntamiento de León, en la etapa en que estuvo presidido por el popular Juan Morano, enemigo declarado de Pérez Villar, adjudicó a Convauto, SA la red de transporte municipal que hasta entonces controlaba Fernández.

La empresa de éste, Autobuses de León, había concurrido para obtener la nueva concesión, y Fernández recurrió la decisión municipal. El Supremo le dio la razón al estimar que sus líneas urbanas resultaron perjudicadas. Como compensación negocia en la actualidad con el Ayuntamiento leonés, que preside el popular Mario Amilivia, para que le autorice a construir un aparcamiento en sus antiguas cocheras.

El amigo de Fraga es un hombre singular. Vive en Madrid y cría bisontes en su finca de León. No acude a actos sociales y en los restaurantes leoneses sienta siempre a su chófer a su misma mesa.

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