El fin de una época

Siempre se ha dicho que Loquillo es un cantante muy poco dotado, pero que se sabe sacar mucho partido. Una máxima que se hace ahora más cierta que nunca cuando cumple 20 años de carrera profesional. Su bagaje son esas canciones con las que ha sabido conectar con el público que vio en él al ídolo chulo y arrogante y al artista cercano con el que adentrarse en el rock and roll.Loquillo despidió en Macumba la gira iniciada hace ahora un año en La Riviera a vueltas del disco 1978-1998, un repaso por lo mejor de su carrera. Un resumen que es también el final de una época que se acaba.

En ade...

Siempre se ha dicho que Loquillo es un cantante muy poco dotado, pero que se sabe sacar mucho partido. Una máxima que se hace ahora más cierta que nunca cuando cumple 20 años de carrera profesional. Su bagaje son esas canciones con las que ha sabido conectar con el público que vio en él al ídolo chulo y arrogante y al artista cercano con el que adentrarse en el rock and roll.Loquillo despidió en Macumba la gira iniciada hace ahora un año en La Riviera a vueltas del disco 1978-1998, un repaso por lo mejor de su carrera. Un resumen que es también el final de una época que se acaba.

En adelante, José María Sanz, el Loco para sus incondicionales, se subirá a un escenario para presentar su nuevo disco, Nueve tragos, con el que se adentra en el mundo de las grandes orquestas de música ligera y los crooners.

Si hasta la otra noche su referente era Elvis Presley, a partir de hoy la referencia será Frank Sinatra. Ya habrá quien añore volver a oírle cantar por Los Stranglers (No mas héroes), Burning (Qué hace una chica como tú...) o Los Sirex (Maldigo mi destino) como lo hizo esta última vez, o sus viejas canciones de mitología importada, esas que hablan de Cadillacs, Harleys, chicas, Chanel, grandes carreteras, Don Perignon y camiones para ser feliz.