'EL CASO PINOCHET'

Pan, queso y fantasía

En su residencia de Virginia Water, a 45 minutos de Londres, Augusto Pinochet celebra un nuevo aniversario rodeado por su esposa, Lucía Hiriart, sus hijas Lucía y Jacqueline, y algunos amigos. Faltarán los otros tres hijos, pero sobre todo Marco Antonio, favorito del exdictador, quien decidió permanecer en Santiago para participar en la cena de gratitud y esperanza organizada por la Fundación Pinochet, que ofrecerá un menú de penitencia a base de pan, queso y vino. Ahora, la esperanza inmediata no reposa ya en el proceso judicial, sino en que los exámenes médicos del exdictador lleven al minis...

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En su residencia de Virginia Water, a 45 minutos de Londres, Augusto Pinochet celebra un nuevo aniversario rodeado por su esposa, Lucía Hiriart, sus hijas Lucía y Jacqueline, y algunos amigos. Faltarán los otros tres hijos, pero sobre todo Marco Antonio, favorito del exdictador, quien decidió permanecer en Santiago para participar en la cena de gratitud y esperanza organizada por la Fundación Pinochet, que ofrecerá un menú de penitencia a base de pan, queso y vino. Ahora, la esperanza inmediata no reposa ya en el proceso judicial, sino en que los exámenes médicos del exdictador lleven al ministro Straw a interrumpir la extradición, como pide el Gobierno de Chile.Mientras, la defensa de Pinochet no se fía del ministro británico del Interior, Jack Straw, y por ello perfila el recurso ante el Alto Tribunal de Justicia británico contra la sentencia de extradición del 8 de octubre. Hasta ahora, la defensa no ha revelado las bases de su recurso, que deberá ser entregado antes del 3 de diciembre.

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He aquí una situación paradójica: la defensa amenazaba, antes de que Interior aceptara realizar los exámenes médicos, con desarrollar un ataque apocalíptico en el Alto Tribunal utilizando el argumento de que se persigue a Pinochet por sus ideas políticas, y que el juez Baltasar Garzón y España actúan de mala fe. En esta versión, Straw también ocupaba un lugar. Por tanto, la defensa del ex dictador sopesa hasta qué punto puede llegar con la politización del caso, habida cuenta de que atacar también a Straw, en cuyas manos está el destino de la petición humanitaria de Chile para que se libere a Pinochet, sería un virtual haraquiri.

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