El paro de los cines de Barcelona coge por sorpresa a los espectadores

VIENE DE LA PÁGINA 1 La huelga cogió ayer por sorpresa a muchos espectadores, en un fin de semana atractivo para los aficionados al cine, ya que se estrenaban la última película de Harrison Ford, Caprichos del destino, y la española Sobreviviré, del dúo de directores Albacete-Menkes. Fueron habituales los grupos de personas apostadas a las puertas de algunos cines esperando, infructuosamente, a que se abrieran las taquillas. En la mayoría de las salas, la única explicación ofrecida al público era un cartel de la CGT en el que se informaba del paro y se enumeraban las exigencias de los trabaja...

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VIENE DE LA PÁGINA 1 La huelga cogió ayer por sorpresa a muchos espectadores, en un fin de semana atractivo para los aficionados al cine, ya que se estrenaban la última película de Harrison Ford, Caprichos del destino, y la española Sobreviviré, del dúo de directores Albacete-Menkes. Fueron habituales los grupos de personas apostadas a las puertas de algunos cines esperando, infructuosamente, a que se abrieran las taquillas. En la mayoría de las salas, la única explicación ofrecida al público era un cartel de la CGT en el que se informaba del paro y se enumeraban las exigencias de los trabajadores. En algunos cines se ofreció la primera sesión de la tarde exclusivamente para los espectadores que habían adquirido sus localidades de forma anticipada. Los piquetes se encargaron de que el cierre fuera masivo.

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"En Barcelona tenemos un convenio propio, que es el más antiguo de España, pero la patronal pretende aplicar el acuerdo marco estatal, con lo que nuestras condiciones laborales empeorarán", aseguró a este diario el portavoz de CGT, Joan Casas. El conflicto en el sector viene de antiguo. El año pasado, los trabajadores lanzaron otra convocatoria de paro que no llegó a cumplirse. A principios de esta semana, sindicato y empresarios habían firmado un preacuerdo que establecía, entre otros puntos, un aumento salarial del 3% para los dos primeros años (1999 y 2000) y del IPC más un punto para el año 2001.

Sin embargo, las negociaciones se rompieron el pasado jueves, día en que se lanzó la convocatoria de huelga para los próximos fines de semana (la recaudación del sábado y el domingo representa el 85% de la media semanal de los cines barceloneses), ratificada ayer por los trabajadores en una asamblea. "Nos dimos cuenta de que habíamos firmado con demasiadas prisas y al detenernos a pensar lo que nos ofrecían vimos que era una miseria: un aumento de 4.000 pesetas en cuatro años", explicó Casas. El portavoz del sindicato reconoció que existe cierta división de opiniones entre parte de los trabajadores, pero que la mayoría rechaza la postura de los empresarios.

Entre las reivindicaciones que han llevado a la huelga se encuentra lo que los trabajadores consideran una marcha atrás en sus condiciones laborales. Según denuncian, las grandes cadenas de exhibición están aplicando contratos ilegales -"les pagan el 50% de los sueldos del convenio", afirma Casas-, se están suprimiendo puestos de trabajo y se obliga a los empleados a asumir funciones ajenas. Los sindicatos aseguran que la patronal pretende implantar jornadas laborales superiores en algunos casos a las 10 horas y eliminar las plantillas mínimas.

De no llegarse a un acuerdo entre trabajadores y patronal, la huelga se repetirá los próximos fines de semana.

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