Sanidad ordena una inspección de los hospitales tras el accidente de Valdecilla. Las obras de reforma en Cruces han supuesto un gasto de 500 millones de pesetas

La consejería de Sanidad, que dirige Gabriel Inclán, ha dado orden de realizar una nueva inspección en los hospitales vascos tras el accidente de Santander, según fuentes del departamento que cita Europa Press. El único hospital vasco construido con técnicas similares al Marqués de Valdecilla de la capital cántabra es el de Cruces, que terminó de repararse el pasado septiembre después de que un informe elaborado por el Colegio de Aparejadores vizcaíno a solicitud de Sanidad detectase movimientos en la estructura.La revisión no será necesaria en el caso del hospital donostiarra de Aránzazu, que...

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La consejería de Sanidad, que dirige Gabriel Inclán, ha dado orden de realizar una nueva inspección en los hospitales vascos tras el accidente de Santander, según fuentes del departamento que cita Europa Press. El único hospital vasco construido con técnicas similares al Marqués de Valdecilla de la capital cántabra es el de Cruces, que terminó de repararse el pasado septiembre después de que un informe elaborado por el Colegio de Aparejadores vizcaíno a solicitud de Sanidad detectase movimientos en la estructura.La revisión no será necesaria en el caso del hospital donostiarra de Aránzazu, que fue inspeccionado hace poco sin que se apreciasen irregularidades.

El edificio principal del Hospital de Cruces, sito en Barakaldo y el mayor centro hospitalario de Euskadi, fue construido en el año 1955 con una estructura de hormigón armado. En el año 1971, se llevaron a cabo las obras para su ampliación y esta nueva fase se realizó con estructura metálica como en el caso del centro santanderino. Fue precisamente en las cuatro fachadas traseras de estos edificios en los que se observaron graves deficiencias, como grietas localizadas sobre todo en las esquinas.

En 1998, una vez apreciadas las deficiencias en Cruces, la consejería de Sanidad solicitó la elaboración de un informe que detectó movimientos en la estructura, que causaban a su vez la rotura del cierre exterior de ladrillo, comprobándose cómo, además, la entrada de agua deterioraba aún más el cierre aumentando con el tiempo los daños.

Ante las evidencias de riesgo, el departamento puso en marcha a finales del año pasado un expediente de emergencia que ha supuesto obras por 500 millones de pesetas, que concluyeron en septiembre. Las obras incluyeron un análisis de la estructura realizado mediante simulación informática que determinó los desplazamientos debidos a los esfuerzos combinados del viento, y las dilaciones térmicas que afectaban a la estructura y dañaban las fachadas. La solución incluyó la disposición de pórticos correctores coincidentes con la cara externa de las escaleras de emergencia.

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