Rajoy propone una asignatura alternativa a la religión contraria a las sentencias del Supremo

La opción se denominará Valores Cívicos y responde a las exigencias de los obispos

Vuelve la guerra de la religión. El próximo curso 2000-2001, los escolares españoles tendrán que escoger entre una asignatura de Enseñanza Religiosa y otra de Valores Cívicos, ambas evaluables y obligatorias en el currículum. El Gobierno de Aznar rectifica así, de manera radical, el actual sistema de la enseñanza de la religión, que el proyecto de real decreto ultimado por el ministro de Educación y Cultura, Mariano Rajoy, desmonta sin contemplaciones. El nuevo modelo da la razón a la Conferencia Episcopal Española, vuelve la espalda a varias sentencias del Tribunal Supremo y asume las tradic...

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Vuelve la guerra de la religión. El próximo curso 2000-2001, los escolares españoles tendrán que escoger entre una asignatura de Enseñanza Religiosa y otra de Valores Cívicos, ambas evaluables y obligatorias en el currículum. El Gobierno de Aznar rectifica así, de manera radical, el actual sistema de la enseñanza de la religión, que el proyecto de real decreto ultimado por el ministro de Educación y Cultura, Mariano Rajoy, desmonta sin contemplaciones. El nuevo modelo da la razón a la Conferencia Episcopal Española, vuelve la espalda a varias sentencias del Tribunal Supremo y asume las tradicionales exigencias de los obispos.

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Enfrentando los "valores cívicos" a la enseñanza de la religión, el Gobierno regresa literalmente al modelo educativo de hace 20 años, cuando los democristianos del Gobierno de Adolfo Suárez impusieron una asignatura de Ética y Moral como obligatoria para quienes no quisieran cursar la de religión católica. En síntesis, el nuevo ordenamiento reabre problemas fundamentales, ya resueltos por varias sentencias del Tribunal Supremo, que ha establecido las siguientes directrices:-La religión es evaluable y figura en el expediente, pero no es computable para la nota media.

-La alternativa es obligatoria para quienes no elijan religión.

-La alternativa no puede ser evaluable por el hecho de que lo sea la religión.

-Y la alternativa no puede incluir materias curriculares para no dar ventajas académicas a quienes no elijan religión.

Este último apunte del Supremo, el de la discriminación de los alumnos que sigan la asignatura de religión, al enfrentar "enseñanza religiosa" con "valores cívicos", queda reflejado incluso en la propia exposición de motivos del decreto proyectado por el Gobierno, que deposita en las materias que no estudiarán los alumnos de religión tal "valor formativo" que "no sólo justifica su inclusión en el currículum, sino que las sitúan entre aquellas que de ningún modo deben dejar de estar presentes en él si se quiere proporcionar a los alumnos los medios precisos para su pleno desarrollo personal y social".

Democracia y religión

El proyecto de real decreto, sometido ya a consulta de algunas confesiones religiosas, apela a una tópica proclamación de la Asamblea del Consejo de Europa sobre que "la democracia y la religión no son incompatibles" para subrayar su decisión de imponer una asignatura "alternativa" a la religión como reclaman los obispos. Y califica de muy importantes para "el pleno desarrollo de la personalidad" del alumno las materias a estudiar en la opción alternativa.La contradicción queda sin resolver en el texto ministerial, pues una asignatura que el decreto considera fundamental no podrá ser cursada por un grupo de alumnos, los de religión, porque ambas materias, por ser alternativa una de otra, se imparten a la misma hora. El Tribunal Supremo declaró ilegal esa opción precisamente para evitar la discriminación de los alumnos religiosos.

El Ministerio de Educación llama al proyecto "real decreto por el que se establecen las enseñanzas opcionales comunes de la educación en valores según los diversos niveles de enseñanza regulados por la Ley Orgánica 1/1990, de 3 de octubre, de Ordenación General del Sistema Educativo". Mediante una exposición de motivos, cinco artículos y cuatro anexos, lo que hace el Gobierno, además de clausurar el modelo anterior en una disposición derogatoria, es fijar las materias que a partir del 2000-2001 estudiarán los alumnos que no pidan la asignatura de religión.

El primer artículo establece "un bloque común de opciones" para la "educación en valores" de los alumnos del sistema (educación infantil, primaria, secundaria obligatoria, bachillerato y ciclos formativos de grado medio de la formación profesional), fijando las dos opciones con estos nombres: Valores Cívicos y Enseñanza Religiosa. En el segundo artículo se fijan los mecanismos para establecer las "correspondientes enseñanzas mínimas" que formarán "el currículum de la opción Valores Cívicos", en tanto que se deja a la competencia de las autoridades religiosas (católicas, protestantes, musulmanas o judías) la "determinación del currículum" de esas enseñanzas religiosas.

Y el gran cambio: "Todas las enseñanzas que se incluyen en el bloque de opciones establecido en el presente real decreto se desarrollarán de acuerdo con las mismas exigencias académicas, metodológicas, científicas y didácticas que las demás disciplinas, y se someterán a las mismas exigencias de evaluación que se hallan establecidas con carácter general en cada caso para las demás materias", afirma el artículo tercero. Es decir, la religión y su alternativa tendrán el mismo valor curricular que, por ejemplo, las matemáticas, una de las reclamaciones de la Conferencia Episcopal. El Supremo también declaró ilegal esta opción.

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