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Si el protagonista de La vida de Brian, la película del grupo británico Monty Python, trasladara sus pintadas en los muros durante la colonización romana y escribiera su reivindicación Romanos, id a casa en la época actual en Vitoria, los agentes de la autoridad le invitarían -no se sabe si tirándole de las orejas- a escribir de nuevo el lema un millar de veces. Pero no en la pared, sino sobre los carteles que desde ayer están colocados en el Casco Medieval. El Ayuntamiento de Vitoria inició ayer una campaña experimental contra las pintadas de spray, en especial en los edificios de valor histó...

Si el protagonista de La vida de Brian, la película del grupo británico Monty Python, trasladara sus pintadas en los muros durante la colonización romana y escribiera su reivindicación Romanos, id a casa en la época actual en Vitoria, los agentes de la autoridad le invitarían -no se sabe si tirándole de las orejas- a escribir de nuevo el lema un millar de veces. Pero no en la pared, sino sobre los carteles que desde ayer están colocados en el Casco Medieval. El Ayuntamiento de Vitoria inició ayer una campaña experimental contra las pintadas de spray, en especial en los edificios de valor histórico, que consiste en ofrecer una alternativa a los dibujantes anónimos de las calles.El concejal de Urbanismo, Jorge Ibarrondo (PP), asegura que el Ayuntamiento se gasta "unos 20 millones anuales" en borrar las pintadas. Por eso, tratará de ahorrárselos mediante la colocación de ocho carteles en distintos lugares estratégicos del Casco Viejo, la zona más afectada. El coste de la operación es de casi 300.000 pesetas. Son blancos, de unos dos metros de ancho por uno y medio de largo. Eso sí, las pintadas que se realicen en ellos no perdurarán más de una semana, porque los paneles se sustituirán con regularidad. La experiencia piloto parte con expectativas cautas: "No va a tener resultados inmediatos. Se hará un seguimiento cada seis meses", anunció Ibarrondo. Si tiene éxito, se extenderá a otros barrios.