Crítica:FLAMENCO

Cumbre para los cantes de Cádiz

Cumbre de buenos intérpretes de los cantes de Cádiz, una escuela fundamental para la historia del flamenco, pues reúne en una pequeña porción de territorio cunas cantaoras tan imprescindibles y primitivas como la propia Cádiz, Jerez y los Puertos.Los cuatro cantaores pertenecen a la misma generación, la de los que andan unos años después del cabo de los 50. Les queda poco que aprender, pues, y en cambio tienen mucho que enseñar. Son maestros en los cantes de su tierra, que dominan con autoridad.

Al ser un concierto monográfico, hubo repeticiones de estilos: los cuatro cantaron bulerías;...

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Cumbre de buenos intérpretes de los cantes de Cádiz, una escuela fundamental para la historia del flamenco, pues reúne en una pequeña porción de territorio cunas cantaoras tan imprescindibles y primitivas como la propia Cádiz, Jerez y los Puertos.Los cuatro cantaores pertenecen a la misma generación, la de los que andan unos años después del cabo de los 50. Les queda poco que aprender, pues, y en cambio tienen mucho que enseñar. Son maestros en los cantes de su tierra, que dominan con autoridad.

Al ser un concierto monográfico, hubo repeticiones de estilos: los cuatro cantaron bulerías; tres fandangos, soleares y tangos; dos alegrías y malagueñas. Chaquetón fue el que más profundizó en el análisis de distintas formas de los estilos gaditanos, haciendo brillantes versiones de los Mellizo y de las cantiñas de Rosario la del Colorao.

Los cantes de Cádiz

Cante: Nano de Jerez, Chaquetón, Juanito Villar, Rancapino. Toque: Niño Jero, Jerónimo Maya.Madrid, Club de Música y Jazz San Juan Evangelista, 23 de octubre.

Todos estuvieron bien y hubo generosos aplausos para todos. Nano puso el acento de Jerez, con esa forma de cantar suya que parece fácil y que, desde luego, le es familiar. Villar estuvo espléndido en todo lo que hizo, hasta en sus bulerías cupleteras, que a mí me parecieron inoportunas porque en Cádiz hay un cante buleariero por derecho lleno de jondura y belleza, que él conoce muy bien; sus siguiriyas, excepcionales. Como excepcional fue el taranto de Rancapino, quien, como siempre, contó con la simpatía incondicional del público. Los dos guitarristas, a tono con el aire general de una noche pródiga en aciertos.

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