Suiza detiene al ex funcionario nazi Papon y le expulsa de forma fulminante a Francia

La aventura de Maurice Papon, de 89 años, terminó ayer a las tres de la madrugada. La policía suiza, tras recibir de París la preceptiva orden de búsqueda y captura, le detuvo en la localidad turística de Gstaad, en el cantón de Berna. Aunque no opuso resistencia, este francés colaborador de los nazis y acusado de la deportación de 1.500 judíos durante la II Guerra Mundial, sufrió un ligero malestar. Anoche quedó ingresado en el hospital de la prisión de Fresnes, a las afueras de París. El Gobierno suizo optó por su expulsión fulminante a Francia.

Papon abandonó el aeropuerto de Berna-B...

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La aventura de Maurice Papon, de 89 años, terminó ayer a las tres de la madrugada. La policía suiza, tras recibir de París la preceptiva orden de búsqueda y captura, le detuvo en la localidad turística de Gstaad, en el cantón de Berna. Aunque no opuso resistencia, este francés colaborador de los nazis y acusado de la deportación de 1.500 judíos durante la II Guerra Mundial, sufrió un ligero malestar. Anoche quedó ingresado en el hospital de la prisión de Fresnes, a las afueras de París. El Gobierno suizo optó por su expulsión fulminante a Francia.

Papon abandonó el aeropuerto de Berna-Belp a bordo de un helicóptero a las cinco de la tarde. Se hallaba acompañado por cinco policias y un médico. Una hora después, la ministra de Justicia y Policía de Suiza, Ruth Metzler, explicó en una conferencia de prensa que la decisión de expulsarle a Francia fue tomada poco antes en una reunión extraordinaria del Ejecutivo. "El procedimiento que escogimos no le proporciona medios jurídicos ni la posibilidad de presentar una apelación. Dado que su presencia constituía un amenaza para la seguridad de Suiza, el Gobierno optó por su expulsión", precisó Metzler.La ministra aseguró que el Gabinete se había apoyado para fundamentar la decisión en los artículos 70 y 102 de la Constitución. El primero de ellos prevé que la Confederación tiene el derecho de expulsar de su territorio a todos los extranjeros que comprometan la seguridad nacional. En el segundo se dispone que el Poder Ejecutivo (Consejo Federal) tiene el deber de vigilar los intereses de Suiza más allá de sus fronteras, especialmente en lo que afecta a las relaciones internacionales.

Metzler dijo que con esta decisión su país espera proporcionar al mundo "un testimonio concreto de su voluntad de que Suiza no vuelva a convertirse en un espacio de refugio para personas condenadas por crímenes contra la humanidad".

Aplausos en Francia

La noticia de la captura y entrega inmediata de Papon fue acogida con aplausos por los parlamentarios franceses reunidos en la Asamblea Nacional. El primer ministro, el socialista Lionel Jospin, se declaró "profundamente satisfecho" y recordó que su Gobierno "asume sus responsabilidades y siempre actúa conforme a la ley". La frase es una respuesta a las críticas del entorno del palacio del Elíseo (del presidente gaullista Jacques Chirac) que achacaba la inesperada fuga de Papon a Suiza como "un caso de negligencia culpable".

Chirac y Jospin agradecieron ayer al unísono la colaboración prestada por las autoridades suizas. Éstas pudieron actuar en el instante en el que recibieron la orden de detención, emitida en la tarde del jueves a través de Interpol.

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Jospin dijo que su Gobierno había informado al suizo de la presencia de Papon en su territorio. París sostiene que la expulsión y entrega de este ex funcionario francés se hizo en aplicación de un acuerdo bilateral de 1965.

Papon fue sometido a un segundo exámen médico tras ser entregado a Francia. La Policía del Aire y Fronteras francesa tenía la misión de entregarlo de inmediato a la Policía Judicial, con el fin de conducirle hasta la prisión de Fresnes, en la región parisina, donde debe cumplir la condena de 10 años de cárcel, que le fue confirmada el jueves por la mañana.

Papon, que no compareció ese día a la resolución del recurso, se había fugado a Suiza una semana antes, aprovechándose de una laguna legal. Desde allí declaró a través de sus abogados que prefería el exilio antes que una condena de 10 años.

Serge Klarsfeld, abogado y presidente de la asociación de hijos de deportados judíos, y padre de uno de los abogados de la acusación, tildó de "ejemplar" lo sucedido. "La opinión pública siempre creyó que Papon nunca iba a ser acusado y lo ha sido; que nunca sería juzgado y lo ha sido; que nunca se le condenaría y lo ha sido; que nunca iría a la cárcel y ya está en ella".

El ultraderechista francés Jean-Marie le Pen fue ayer la única voz discordante de la jornada al manifestar sin rodeos su "disgusto" ante lo que él calificó como "caza de viejos".

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