EL PROCESO DE PAZ

El Gobierno está "absolutamente dispuesto" a reiniciar los contactos cuando ETA quiera

ETA ha optado por interrumpir el diálogo con el Gobierno, pero el Gobierno está "absolutamente dispuesto" a volver a hablar con ETA para lograr la paz. Así de rotundo se pronunció ayer el portavoz del Ejecutivo, Josep Piqué, en respuesta al comunicado difundido la víspera por la banda armada. Los motivos alegados por ETA para no celebrar la segunda reunión con representantes de La Moncloa prevista para este mes -la "indiscreción" del Gobierno sobre el desarrollo del primer encuentro y el uso "electoralista" que hizo del mismo- son para Piqué una simple "excusa" para "consumo interno". La razón...

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ETA ha optado por interrumpir el diálogo con el Gobierno, pero el Gobierno está "absolutamente dispuesto" a volver a hablar con ETA para lograr la paz. Así de rotundo se pronunció ayer el portavoz del Ejecutivo, Josep Piqué, en respuesta al comunicado difundido la víspera por la banda armada. Los motivos alegados por ETA para no celebrar la segunda reunión con representantes de La Moncloa prevista para este mes -la "indiscreción" del Gobierno sobre el desarrollo del primer encuentro y el uso "electoralista" que hizo del mismo- son para Piqué una simple "excusa" para "consumo interno". La razón real, dijo, es que el proyecto que da cobertura política a ETA, el Pacto de Lizarra, ha fracasado y la banda busca tiempo para digerirlo.

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El Gobierno dedicó buena parte de su primera reunión tras las vacaciones veraniegas a analizar el proceso de paz en el País Vasco, al hilo de la última nota de prensa de ETA, en la que la banda confirma la suspensión, al menos por ahora, de los contactos con el Ejecutivo. Lejos de dramatizar, el ministro portavoz, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, mantuvo que la evolución del proceso de paz es "esperanzadora" y confirmó el compromiso del Gobierno de José María Aznar de aprovechar esta "oportunidad para la paz".La nota de prensa de ETA no supone, según Piqué, "ni un avance ni un retroceso" -la banda interrumpe los contactos, pero está dispuesta a reanudarlos en un futuro si son "directos y seguros"-, mientras que en la sociedad vasca hay "muchísimos elementos que empujan hacia la paz". Un objetivo que se logrará, según el ministro, "a pesar de los violentos y de los que se han aprovechado hasta ahora de la violencia". De ahí que el Gobierno mantuviera ayer un clima sereno e incluso de cierto optimismo.

El Gobierno estima que lo único que sucede es que ETA y su entorno necesitan reorientar el proyecto que hace un año dio cobertura política a la tregua, el Pacto de Lizarra, tras su fracaso en las urnas en las pasadas elecciones municipales del 13 de junio. En las principales ciudades de Navarra y País Vasco -con la excepción de Bilbao- ganaron los partidos constitucionalistas, lo que cuestiona la representatividad de la Asamblea de Municipios Vascos que surge del Pacto de Lizarra. Para reorientarlo, tanto ETA como HB necesitan tiempo y de ahí que busquen una coartada para suspender los contactos, en opinión del Gobierno. Los interlocutores designados por Aznar para hablar con ETA -el secretario general de la Presidencia, Javier Zarzalejos; el secretario de Estado de Seguridad, Ricardo Martí Fluxà, y el sociólogo Pedro Arriola- plantearon a la banda en su primer y único contacto, a mediados de mayo, que en el segundo, previsto para la segunda quincena de agosto, había que abordar el proceso de paz propiamente dicho; esto es, la situación de los presos de ETA y la conversión de la tregua indefinida en definitiva. No la posición del Gobierno ante la propuesta de derecho de autodeterminación de los partidos nacionalistas, como pretendía ETA.

De ahí que, ante la confirmación por parte de la banda de la suspensión de sus contactos con el Gobierno, Piqué dijera ayer que "ETA y HB tienen miedo a un diálogo que tenga como único objetivo la paz", que "es lo único que está dispuesto a tratar este Gobierno". El ministro agregó que en el mundo de ETA aún se debate sobre si se quiere la paz o, "mediante la amenaza de volver a la violencia, conseguir contrapartidas políticas".

Es un debate que, según el Gobierno, atraviesa a ETA y también a HB, dónde tiene que producirse una decantación, antes de fin de año, entre la nueva y la anterior Mesa Nacional. El "respiro de tiempo" que ETA y su entorno necesitan tiene también que ver con el futuro del Pacto de Lizarra y de la Asamblea de Municipios Vascos, planteada inicialmente por HB como un contrapoder al Parlamento de Vitoria, y que ahora, ante los resultados del 13-J, encuentra serias reservas en las filas del PNV.

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El Gobierno, según aclaró Piqué, está dispuesto a darle a ETA ese tiempo y facilidades para que el diálogo se reanude. Así, ante las quejas de ETA por el funcionamiento de la interlocución con el Gobierno, el portavoz respondió que el Ejecutivo no "hace cuestión de este asunto" pues "lo que le interesa es que se produzcan esos contactos. Lo demás es instrumental". "Si no hay imposiciones injustificadas [por parte de ETA], estamos dispuestos a reanudar el diálogo a través de los mecanismos oportunos para ambas partes". Igual que José María Aznar en Quintanilla de Onésimo (Valladolid), el miércoles, el portavoz estuvo más crítico con HB que con ETA. El papel de la coalición independentista no pasa por su actuación como interlocutor sino por su normalización como fuerza política. Según Piqué, debe "aceptar las reglas de convivencia, el libre funcionamiento institucional y dejar de coaccionar las libertades de los ciudadanos. Que no justifiquen la violencia y la condenen", resumió.

¿Va a tomar el Gobierno alguna iniciativa para desbloquear el proceso? Ninguna especial. "Si alguien pretende que tomar la iniciativa o salir de un pretendido inmovilismo supone entrar en una lógica que implica discutir de política cuando no hay que hacerlo, que se lo quite de la cabeza", contestó. "El proceso", advirtió, "es largo y complicado, no apto para impacientes".

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