El Gobierno de Cardoso califica de "golpista" la 'marcha de los 100.000 trabajadores' sobre Brasilia

La marcha de los 100.000 trabajadores sobre Brasilia, organizada para el jueves por los cinco partidos de la oposición para pedir un juicio político contra el presidente Fernando Henrique Cardoso y el cambio de la política económica, está creando dolor de cabeza tanto al Gobierno como a los organizadores, que temen que la acción no pueda ser comprendida en todo su valor por la opinión pública.Tanto Cardoso como los ministros de su Ejecutivo han sido tajantes al considerar la marcha -que lleva como lema "¡Fuera FHC! (las siglas del presidente)"- de "acción golpista", ya que Cardoso fue legítima...

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La marcha de los 100.000 trabajadores sobre Brasilia, organizada para el jueves por los cinco partidos de la oposición para pedir un juicio político contra el presidente Fernando Henrique Cardoso y el cambio de la política económica, está creando dolor de cabeza tanto al Gobierno como a los organizadores, que temen que la acción no pueda ser comprendida en todo su valor por la opinión pública.Tanto Cardoso como los ministros de su Ejecutivo han sido tajantes al considerar la marcha -que lleva como lema "¡Fuera FHC! (las siglas del presidente)"- de "acción golpista", ya que Cardoso fue legítimamente elegido por las urnas en elecciones libres. "Hablar de impeachment, de renuncia, no me mina a mí, sino a la democracia y a las instituciones", dijo ayer Cardoso, quien calificó la manifestación de "marcha sin rumbo".

La oposición ha respondido que llamar "golpista" a una marcha democrática y pacífica "es infantil" y refleja el "nerviosismo del Gobierno". Sin embargo, en el seno de los partidos organizadores de la protesta, que llevan meses organizándola, existen divisiones sobre los motivos de la marcha. Porque si todo nació para exigir al Parlamento que abriera una comisión que investigara las responsabilidades del presidente Cardoso en la privatización de la telefonía de Brasil, dicho motivo se fue perdiendo por el camino, para insistir en la necesidad de un cambio de política económica. La marcha sobre Brasilia puede servir, según los analistas políticos, para que el Gobierno tome conciencia del malestar que existe en la sociedad a causa de la crisis económica. El mismo Cardoso, que está en su momento más bajo de popularidad, admitió ayer en una entrevista televisiva que la gente no está equivocada en sus reivindicaciones. "El pueblo está sufriendo las consecuencias de un ajuste [económico] durísimo", dijo, y añadió: "Fuimos constreñidos a hacer cosas que yo no quería. Por eso yo no critico a la gente". Cardoso dijo también que las protestas son parte de la democracia, pero que "es antidemocrático y golpista" pedir la caída de un presidente nombrado democráticamente en las urnas.

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