Reportaje:EL MÉDICO EN CASA

El huevo debe comerse bien cocinado

Un huevo debe comerse cocinado (frito o cocido), pero nunca crudo, porque parte de sus nutrientes se pierden: el organismo no los digiere. De la clara, que contiene las proteínas de mejor calidad, se perdería hasta un 50% si se tomase cruda, mientras que, cocinada, el organismo llega a digerir hasta el 92%. Se acabó el pasarlos por agua. Meter los huevos en el frigorífico después de lavarlos no es bueno. Su cáscara es calcárea y está llena de microporos que se agrandan con el agua, introduciéndose, de esta forma, la suciedad. En el frigorífico deben colocarse con la parte más estrecha hacia a...

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Un huevo debe comerse cocinado (frito o cocido), pero nunca crudo, porque parte de sus nutrientes se pierden: el organismo no los digiere. De la clara, que contiene las proteínas de mejor calidad, se perdería hasta un 50% si se tomase cruda, mientras que, cocinada, el organismo llega a digerir hasta el 92%. Se acabó el pasarlos por agua. Meter los huevos en el frigorífico después de lavarlos no es bueno. Su cáscara es calcárea y está llena de microporos que se agrandan con el agua, introduciéndose, de esta forma, la suciedad. En el frigorífico deben colocarse con la parte más estrecha hacia abajo. El huevo que flota es el más fresco; en cualquier caso, no se debe esperar más de 15 días para consumirlo. Su contacto constante con el aire hace que sus componentes, yema y clara, pierdan consistencia; esto hará que el peso y el volumen disminuyan. No hay diferencia entre los huevos blancos y de color, que sólo se debe a la especie de la gallina. Tampoco tiene mayor importancia esa mota sanguinolenta que suele aparecer en la yema. "Es por la dieta del ave", aclara el experto en conservación de alimentos Antonio Hernández. Y una curiosidad más: hace ya 3.000 años que los chinos blanqueaban los huevos para taparles los poros; así los conservaban mejor. Ah, y si se cuecen con sal, la cáscara sale sola. Si se emplean para hacer mayonesa, ésta debe consumirse enseguida; si sobra, lo mejor es tirarla. Con unas gotas de vinagre o limón se reducen las posibilidades de que se estropee. Los restos de comida mezclada con ella no deben calentarse; igual que no es bueno añadir esta salsa a una comida caliente. Abundando en la higiene, las verduras deben sumergirse, durante un cuarto de hora, en agua mezclada con 5 ó 6 gotas de lejía. Y siempre hay que lavarlas primero antes de trocearlas para que conserven las vitaminas; no al revés.

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