Bayer se exculpa del contagio de hepatitis C a 3.000 alemanes

El gigante farmacéutico alemán Bayer, una de las empresas acusadas por la Asociación de Hemofílicos de Alemania en la revista Der Spiegel de haber vendido plasma y derivados sanguíneos contaminados por el virus de la hepatitis C entre 1976 y 1986, se exculpó ayer de toda responsabilidad. Según Christine Senert, portavoz de la compañía, las pruebas para detectar el virus que existían en 1976 no eran "fiables" y por lo tanto "su compañía no las usaba". El riesgo de contraer la hepatitis C (enfermedad que puede ser mortal) era "inevitable, y se indicaba en el etiquetado de todos los productos", a...

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El gigante farmacéutico alemán Bayer, una de las empresas acusadas por la Asociación de Hemofílicos de Alemania en la revista Der Spiegel de haber vendido plasma y derivados sanguíneos contaminados por el virus de la hepatitis C entre 1976 y 1986, se exculpó ayer de toda responsabilidad. Según Christine Senert, portavoz de la compañía, las pruebas para detectar el virus que existían en 1976 no eran "fiables" y por lo tanto "su compañía no las usaba". El riesgo de contraer la hepatitis C (enfermedad que puede ser mortal) era "inevitable, y se indicaba en el etiquetado de todos los productos", añadió.Según Juergen Schacht, abogado de la asociación de hemofílicos, las compañías farmacéuticas no realizaban los controles de las partidas que venían de EE UU, -el 90% de la sangre utilizada en Alemania entre los años 1976 y 1986-, pese a que ya había pruebas en el mercado. Más de 3.000 hemofílicos se contagiaron de hepatitis C durante los diez años en los que no se realizaron análisis para detectar el virus. EE UU no controló la presencia de hepatitis C en la sangre hasta 1986.

La industria química alemana se arriesga a tener que pagar de nuevo indemnizaciones millonarias, como los 27.000 millones de pesetas que ya tuvo que pagar a los afectados por el virus del sida que adquirieron la enfermedad por el consumo de productos contaminados.

Según Schacht, la asociación de hemofílicos va a demandar también a los componentes de la Oficina Federal de Sanidad, organismo encargado de vigilar la calidad de la sangre y que fue disuelto en 1994 después del escándalo de los hemoderivados contaminados con el virus del sida.

El diputado conservador Gerhard Scheu, que fue presidente de la comisión parlamentaria alemana sobre el sida, calificó de "delictivo" el comportamiento de los industriales.

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