Un documento prueba que el Gobierno francés ocultó información a las víctimas de la sangre contaminada

El caso de las transfusiones de sangre contaminada por el virus del sida ha llevado en Francia a tres ministros ante los tribunales y a la cárcel; entre otros, al que fuera antiguo director del Centro Nacional de Transfusiones. Ahora, la difusión de un informe elaborado en 1989 pretende probar que el Gobierno no advirtió a quienes habían sufrido transfusiones entre 1980 y 1985 del peligro que corrían de contraer la enfermedad. El documento, escrito por el doctor Girard, por entonces director general de Sanidad, advertía del peligro de hacer una campaña de información centrada sólo en las perso...

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El caso de las transfusiones de sangre contaminada por el virus del sida ha llevado en Francia a tres ministros ante los tribunales y a la cárcel; entre otros, al que fuera antiguo director del Centro Nacional de Transfusiones. Ahora, la difusión de un informe elaborado en 1989 pretende probar que el Gobierno no advirtió a quienes habían sufrido transfusiones entre 1980 y 1985 del peligro que corrían de contraer la enfermedad. El documento, escrito por el doctor Girard, por entonces director general de Sanidad, advertía del peligro de hacer una campaña de información centrada sólo en las personas que se han sometido a transfusiones. Además, el texto aseguraba que "el mayor riesgo es una mediatización a la inversa a favor de sus reivindicaciones y una coordinación de sus demandas", lo que bien podía tener el "efecto perverso" de crear "un grupo de presión" a imagen y semejanza del impulsado por los hemofílicos que habían sido víctimas de una contaminación anterior.

Girard ha negado que el documento sea novedoso -"hace más de dos años que figura en uno de los sumarios"- y ha recordado que él se limitaba a poner de relieve todos los problemas que implicaba el caso, al tiempo que "consideraba la hipótesis de una campaña de información a gran escala sobre la conveniencia de someterse al test de identificación del virus del sida".

El ex ministro de Sanidad Claude Evin ha visto recientemente cómo le comunicaban su procesamiento por no haber hecho analizar en 1989 la sangre de todas las personas que recibieron transfusiones entre 1980 y 1985. Evin, como Girard, alega en su favor las diversas campañas de información sobre el problema, las medidas internas dirigidas a todos los centros de transfusión y el que en 1992 sí se buscó a todas las personas que podían haber resultado contaminadas en uno de esos centros.

En cualquier caso, Francia, a causa de la técnica de mezcla de sangres practicada por los centros sanitarios, acumula el 54% de los casos europeos de contaminación de sida que se han producido debido a transfusión.

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