LAS VENTAS

Tan sólo apuntes

Todo se quedó en apuntes y en algún susto. Poco que reseñar de importancia en la tarde de ayer en Las Ventas. Los toreros intentaron faena según sus posibilidades y los toros flojearon más de la cuenta, aunque hubo algún burel que embistió con nobleza, o que metió la cara de manera interesante. Pero al final el resultado es más bien de suspenso para los toros. El cuarto de los Recitales se salvó y fue aprobado por la afición. No estaba sobrado de fuerzas, eso no, y, sin embargo, fue largo y con son por los dos pitones. Fernando Cepeda, que le cayó en suerte, no acabó de aprovecharlo y terminó ...

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Todo se quedó en apuntes y en algún susto. Poco que reseñar de importancia en la tarde de ayer en Las Ventas. Los toreros intentaron faena según sus posibilidades y los toros flojearon más de la cuenta, aunque hubo algún burel que embistió con nobleza, o que metió la cara de manera interesante. Pero al final el resultado es más bien de suspenso para los toros. El cuarto de los Recitales se salvó y fue aprobado por la afición. No estaba sobrado de fuerzas, eso no, y, sin embargo, fue largo y con son por los dos pitones. Fernando Cepeda, que le cayó en suerte, no acabó de aprovecharlo y terminó por írsele sin alguna oreja cortada. Lástima de toro, y por el torero.

Fernando Cepeda recibió a su primer toro bien de capote, enterado, dibujó tres verónicas y una media lenta que el público aplaudió. Y era justo el premio. Después, en el turno de muleta, apenas le dejó trazar un muletazo limpio, el toro se paró y aquello no podía ser de ninguna manera.

Cinco toros de Los Recitales, desigualmente presentados, flojos, de juego irregular; 4º noble y con son; 6,º de Hermanos Astolfi, inválido

Fernando Cepeda: pinchazo soltando, estocada y descabello (silencio); dos pinchazos, estocada caída y atravesada (silencio). El Califa: pinchazo hondo soltando y bajonazo (ovación); metisaca bajo, dos pinchazos y tres descabellos (silencio). José Luis Moreno: dos pinchazos hondos -aviso- y se tumba (silencio); pinchazo soltando y estocada (silencio). Plaza de Las Ventas, 4 de Julio. Media entrada.

En su segundo toro, Fernando Cepeda nos dejó en el umbral de algo meritorio, artístico, de una faena de enjundia y relumbrón. Pero aquello no terminó de cuajar.

A la hora de manejar el capote no ocurrió nada a considerar. En la muleta fue cuando concebimos esperanzados esos muletazos lentos y mecidos. Se dobló con su elegancia particular. Muletazos largos y rematados por debajo de la pala del pitón. Acertó entonces Cepeda en una serie de derechazos desmayados que gustaron en la segunda serie. Y al echarse la muleta a la mano izquierda, no le cogió la distancia ni el temple y se perdió la ocasión. El quite del perdón, en el sexto, de suaves delantales, le redimió en parte. Qué bonita la media.

A El Califa no le acompañó la suerte. Su primer toro le propinó una voltereta dramática al torear sobre la mano derecha. El toro había avisado y él no bajó suficientemente la mano de mandar. Y su segundo se lesionó la pezuña derecha tras una serie de redondos templados y largos. Tuvo que abreviar y entrar a matar presto. Había recibido en los medios a ese toro con un pase cambiado por la espalda espeluznante, ceñidísimo. Estuvo muy valiente toda la tarde.

José Luis Moreno, a su primero, le aplicó una faena de muleta de terrenos comprometidos, muletazos largos y vaciados atrás; algunos de ellos, limpios y hondos. Tal vez ahogó en demasía al toro, que se paró muy pronto. Por el pitón izquierdo sucedió que no pasó nada. Un recorte pinturero, al cerrar al toro para atacar con la espada, fue de nota. En su segundo, la porfía fue inútil.

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