"Don Corleone", en Miraballes

José Antonio Urrutikoetxea Bengoetxea, Josu Ternera, edil de EH por Miraballes y ex jefe político de ETA, rindió ayer un homenaje al fallecido escritor Mario Puzo en su localidad natal. Como salidos de la novela El Padrino, un nutrido grupo de abertzales hacía cola en el consistorio de Miraballes para saludar y abrazar con cariño a uno de los ex jefes de ETA, electo en los pasados comicios municipales. Previamente, en el salón de plenos, a rebosar de camisetas en favor del acercamiento de los presos de ETA y de la amnistía, el alcalde José Luis Kortajarena (PNV) había salido reelegido con los ...

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José Antonio Urrutikoetxea Bengoetxea, Josu Ternera, edil de EH por Miraballes y ex jefe político de ETA, rindió ayer un homenaje al fallecido escritor Mario Puzo en su localidad natal. Como salidos de la novela El Padrino, un nutrido grupo de abertzales hacía cola en el consistorio de Miraballes para saludar y abrazar con cariño a uno de los ex jefes de ETA, electo en los pasados comicios municipales. Previamente, en el salón de plenos, a rebosar de camisetas en favor del acercamiento de los presos de ETA y de la amnistía, el alcalde José Luis Kortajarena (PNV) había salido reelegido con los votos de Josu Ternera y de los otros dos ediles de EH. Todo fueron atenciones para Josu, convertido ayer por espacio de una hora en un auténtico Don Corleone. Procesado por colaboración con banda armada en el sumario Sokoa, pudo leer cuatro folios de explicación del voto de su grupo, llamó por el teléfono móvil del ex miembro de la Mesa Nacional de HB, Iñaki O"Shea, charló unos minutos con el nuevo regidor -ambos habían jurado por imperativo legal lealtad a la Constitución y al monarca entre el comentario de parte del público: "será la prostitución del Rey"- y recibió a su gente como Marlon Brando, custodiado por media docena de jugadores de béisbol con gorra incluida (ertzainas) enviados por el consejero de Interior, Javier Balza. El peor trago se lo llevó el edil del PP, Luis Miguel, un tomatero tildado insistentemente de "carcelero", quien muy nervioso alzó la mano con el signo de la victoria cuando el público, entre risas, le grito "alcalde" mientras el secretario leía su único voto. "Vaya panorama", reconocía al fin de la sesión, arropado por los dos ediles socialistas.

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