Málaga acogerá desde enero del 2000 la sede de la Oficina del Mediterráneo de la UICN

La Oficina del Mediterráneo, un organismo ideado por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, cuyo objetivo es potenciar el desarrollo sostenible de los países de la cuenca mediterránea, tendrá su sede en Málaga. Así lo anunció ayer Maritta Koch-Wesser, la directora general de la UICN, que se reunió con la alcaldesa, Celia Villalobos, y con representantes de la Junta y del Ministerio de Medio Ambiente, para ultimar los detalles. La oficina abrirá en enero del 2000 en el Parque Tecnológico y sus gastos serán sufragados a medias por Junta y ministerio.

Koch-Wesser exp...

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La Oficina del Mediterráneo, un organismo ideado por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, cuyo objetivo es potenciar el desarrollo sostenible de los países de la cuenca mediterránea, tendrá su sede en Málaga. Así lo anunció ayer Maritta Koch-Wesser, la directora general de la UICN, que se reunió con la alcaldesa, Celia Villalobos, y con representantes de la Junta y del Ministerio de Medio Ambiente, para ultimar los detalles. La oficina abrirá en enero del 2000 en el Parque Tecnológico y sus gastos serán sufragados a medias por Junta y ministerio.

Koch-Wesser explicó que la gravedad de los problemas ambientales que afectan a la región mediterránea -la contaminación, la deforestación, la pérdida de biodiversidad, la gestión inadecuada de las costas, el tratamiento de las aguas- hace necesaria la mayor coordinación posible entre instituciones y países. "Es preciso trazarse objetivos comunes y armonizar los trabajos", señaló, a la vez que avisaba de que queda mucho por hacer. Juan Luis Muriel, director general de Medio Ambiente del Ministerio del mismo nombre, declaró que tienen previsto poner en funcionamiento al menos dos programas el año que viene: uno para paliar la desertización en los bosques mediterráneos, otro para mantener la biodiversidad en el medio marino. Insistió en la importancia que tienen los referentes culturales comunes para un organismo que busca integrar las políticas ambientales de países muy diversos, de Egipto a España, y alcanzar buenos entendimientos. Enrique Salvo, director general de Servicios Ambientales de la Junta, abundó en esta idea. "Es muy importante globalizar", opinó, "las personas que trabajen en esta oficina tendrán que ser capaces de comunicarse bien con los representantes de regiones muy distintas y de llegar a acuerdos". Hizo ver que hasta hora se han redactado al menos 12 planes integrales para el Mediterráneo, "y ninguno de ellos ha llegado a ponerse en marcha". Se espera que la oficina mantenga contactos con otras comunidades autónomas españolas que también se asoman al Mediterráneo, pero, según dijo Muriel, "hasta ahora la iniciativa es del todo andaluza". Esta entidad dispondrá de un equipo de técnicos reducido, pero altamente cualificado: un director "muy emblemático", un subdirector y otros cuatro trabajadores. Varios gobiernos europeos, entre ellos el francés y el italiano, han manifestado su intención de contribuir con recursos humanos propios. Pero Koch-Wesser destacó que la UICN pondría a disposición de la oficina especialistas de todo el mundo. "Aprovecharemos nuestra red científica", dijo. Las aportaciones económicas son competencia de la Junta y del Ministerio, que pondrán 14 millones de pesetas el primer año y entre 50 y 70 millones el segundo. Koch-Wesser también se entrevistó en la mañana de ayer con el consejero de Medio Ambiente, José Luis Blanco, en Sevilla. El consejero andaluz indicó que, al ser la UICN, la "única" organización internacional en la que están representados los sectores público, privado y la sociedad civil, su labor facilitará la colaboración empresarial en "grandes" proyectos medioambientales. Blanco también subrayó que las actividades de la nueva oficina de la UICN deben centrarse en la coordinación de programas internacionales y puso como ejemplo la necesidad de integrar los trabajos de seguimiento de migraciones de aves en la zona del estrecho de Gibraltar, contrastando los datos recogidos en España, Túnez y Marruecos.

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