EL CAMINO HACIA LA PAZ Huellas del horror

Los soldados de la Kfor descubren al sur de Kosovo tres fosas con cerca de 200 cadáveres

La Alianza Atlántica confirmó ayer el hallazgo de tres fosas comunes en aldeas cercanas a Kacanik y Prizren, al sur de Kosovo, donde cerca de dos centenares de albanokosovares habrían sido víctimas de la represión y la limpieza étnica del régimen de Belgrado. Los soldados de la fuerza internacional de paz para Kosovo (Kfor) mantenían ayer por la tarde rodeados ambos lugares, a la espera de que llegara el equipo de forenses del Tribunal Internacional para Crímenes de Guerra que se ocupará de la exhumación de los cadáveres, según informó el portavoz de la OTAN, Jamie Shea.

"Fueron dos día...

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La Alianza Atlántica confirmó ayer el hallazgo de tres fosas comunes en aldeas cercanas a Kacanik y Prizren, al sur de Kosovo, donde cerca de dos centenares de albanokosovares habrían sido víctimas de la represión y la limpieza étnica del régimen de Belgrado. Los soldados de la fuerza internacional de paz para Kosovo (Kfor) mantenían ayer por la tarde rodeados ambos lugares, a la espera de que llegara el equipo de forenses del Tribunal Internacional para Crímenes de Guerra que se ocupará de la exhumación de los cadáveres, según informó el portavoz de la OTAN, Jamie Shea.

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"Fueron dos días de auténtica pesadilla. Los vi [a los serbios] hacer cosas horribles y diabólicas", aseguró Mejsere Krivonjeva, una mujer de 26 años que sobrevivió a una de las masacres perpetradas por las fuerzas serbias en la aldea de Stagov. Durante dos días, el 8 y el 9 de abril, las fuerzas paramilitares serbias asesinaron de forma brutal a hombres, mujeres y niños, incluido un bebé de tres meses, según informaron los residentes de la zona. Además de Stagov, los albanokosovares que escaparon a la brutalidad serbia nombraron Rumjeva y Kothimce como las otras dos aldeas cercanas a Kacanik atacadas por los serbios.

Todos los testimonios aseguraron que las víctimas fueron golpeadas hasta morir con porras y culatas de rifles, o asesinadas con granadas de mano. A los heridos los remataban con un tiro en la cabeza. "Golpearon a la gente con las culatas de los Kaláshnikov, con porras y palos de madera, y luego los disparaban en la sien si aún permanecían con vida", relató Sefhet Ironi, quien aseguró que en Kothimce vio morir a 27 personas, que posteriormente fueron enterradas en una fosa común excavada con un tractor.

Este hombre contó cómo los paramilitares serbios transportaron cadáveres de otras fosas comunes al cementerio de Kacanik, en un intento de disimular y esconder las atrocidades cometidas. "Estamos convencidos de que en estas fosas se entierran crímenes atroces, por lo que hay que mantener el lugar aislado hasta la llegada de los investigadores de crímenes de guerra", aseguró un portavoz militar británico. Esta misma fuente dijo que la existencia de las fosas se descubrió cuando los soldados británicos vieron cómo un grupo de albanokosovares depositaba flores en tumbas recientes en el cementerio de Kacanik.

Los albaneses aseguraron que estaban desenterrando cadáveres de familiares de tres fosas profundas cercanas al cementerio para volver a enterrarlos de nuevo de "forma adecuada". Al lado de cada fosa habían clavado una estaca por cada cuerpo que habían extraído. Los soldados británicos llegaron a contar hasta 99 palos de madera.

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Los residentes de Kacanik aseguraron a los militares de la Kfor que el cementerio había sido minado por las fuerzas serbias, pero que habían conseguido encontrar un camino para sortear los explosivos y poder dar así adecuada sepultura a sus familiares.

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