NEUROLOGÍA

Avances para lograr transmisión nerviosa en la lesión medular

Durante mucho tiempo se ha considerado que la lesión medular es irreversible y que las personas que la sufren están condenadas para siempre a la silla de ruedas. Pero es posible que algún día, aunque todavía lejano, no sea así. La posibilidad de lograrlo ha sido reforzada esta semana con dos aportaciones que demuestran que es posible, en determinadas condiciones, lograr una transmisión nerviosa más allá del lugar donde se encuentra la lesión. Los dos experimentos se han realizado en animales y ofrecen resultados muy limitados, pero tienen la virtud de que demuestran empíricamente que lo que pa...

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Durante mucho tiempo se ha considerado que la lesión medular es irreversible y que las personas que la sufren están condenadas para siempre a la silla de ruedas. Pero es posible que algún día, aunque todavía lejano, no sea así. La posibilidad de lograrlo ha sido reforzada esta semana con dos aportaciones que demuestran que es posible, en determinadas condiciones, lograr una transmisión nerviosa más allá del lugar donde se encuentra la lesión. Los dos experimentos se han realizado en animales y ofrecen resultados muy limitados, pero tienen la virtud de que demuestran empíricamente que lo que parecía una quimera, lo es cada vez menos.El último número de la revista Neuron da cuenta de una investigación del Hospital General de Massachusetts (EEUU) en la que se ha logrado inducir en animales de experimentación cierto crecimiento de las fibras axonales en la médula espinal lesionada.

Coincidiendo con esta investigación, el cirujano Gabriel Gili, especialista en microcirugía de la corporación sanitaria Parc Taulí de Sabadell, uno de los hospitales de referencia en España en implante y revascularización de miembros amputados, presentaba el viernes en el Colegio de Médicos de Barcelona el resultado de una investigación también en animales. En ella ha logrado establecer conexión nerviosa entre la médula espinal situada encima de la lesión y determinados nervios periféricos conectados mediante un puente nervioso. "La señal es muy leve, pero clara, lo cual indica que estamos en el buen camino", explica.

Gili decidió iniciar esta investigación en noviembre de 1991, a su regreso de Moscú, ciudad a la que había sido enviado por el Ministerio de Sanidad español encabezando una delegación médica cuya misión era evaluar la validez de las operaciones que en ese momento practicaba a personas parapléjicas un cirujano ruso, Georgi Yumasev, aplicando un puente nervioso. Muchos españoles habían acudido a Moscú para operarse y el Ministerio de Sanidad quería averiguar si la operación era fiable.

La comisión encabezada por Gili llegó a la conclusión de que, con los procedimientos empleados por Yumasev, no era posible certificar la validez de la intervención ni evaluar sus resultados. Pero la técnica parecía, teóricamente, prometedora, de modo que Gili decidió actuar como es habitual en la comunidad científica occidental: comenzando por un estudio experimental en animales.

Mientras tanto, algunas investigaciones demostraron que lo que se había considerado un principio inmutable, el de que las células nerviosas no se regeneran, podía no ser cierto puesto que se había logrado inducir el crecimieno de los axones. Georgio Brunelli, profesor de la Universidad de Brescia (Italia), fue uno de los que creyeron en la nueva vía, y abrió una línea de investigación para la reparación y regeneración de la médula espinal en monos. El profesor Brunelli fue uno de los miembros del jurado que puntuaron con la máxima calificación la tesis doctoral de Gili, en la que expone los resultados obtenidos en 186 animales (ratas, conejos y ovejas). En esta investigación, Gili ha obtenido resultados negativos cuando ha actuado a nivel de la lesión medular. Pero sí ha conseguido transmitir estímulos nerviosos conectando un nervio intercostal a la médula en un punto situado por encima de la lesión. Unas veces lo ha empalmado a la raíz de los nervios que salen de la médula por debajo de la lesión, y otras directamente a los nervios de la pierna. "Por técnicas de eletromiografía hemos podido comprobar que se transmite algún tipo de señal nerviosa,aunque muy leve", precisa.

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